Genial artículo, Candy. Y absolutamente cierto.
Una conocida mía, paraguaya, se ha sentido así y no entiende por qué. Estando embarazada de pocas semanas acudió a su médico de zona y en la primera visita ya no le gustó el trato recibido. Al poco acudió de nuevo, pues estaba marcando. El señor (por llamarlo de alguna manera) la trató fatal, no la quiso atender y cuando lo hizo, le pegó una bronca. La chica abortó y ahora, que está de nuevo embarazada, ha cambiado de médico. Le he comentado que acuda a la próxima reunión de EPEN en mi ciudad, pero no vendrá pues se vuelve definitivamente a su país antes de que nazca el bebé. Todavía, cuando me lo cuenta... llora.
Miranda, estoy de acuerdo contigo. Es la propia mujer quien ha de decidir sobre su cuerpo y lo que quiere o no. Pero para ello es necesaria la información y la confianza en una misma.
Abrazos.