Elizabeth (unverified)
25 Ago 2014
Siempre la historia tiene dos caras. Yo perdí a mi bebe en una etapa muy temprana y lamentablemente como una ironía de la vida me asistí a mi misma, no estaba en el hospital, no había nadie más, muy triste y muy doloroso. Aún puedo sentir las sensaciones de cuando acaricie a mi bebe, ese porotito que ya no estará más conmigo. A veces generalizar no esta bueno, en muchos hospitales y clínicas, al menos de mi país, las obstétricas acompañan a los bebes inmaduros que no podrán sobrevivir, muchas de ellas les dan el agua bautismal y los acompañan en este último pasaje, aunque es muy duro acompañar en la muerte dado que son profesionales que se los preparo para acompañar la vida. No justifico la falta de preparación para acompañar, pero hay personas que se quedan con nosotras, ponen el cuerpo y el corazón, no habría que olvidarlas. Y los que no pueden deberían de capacitarse.