Jank, no se cuánto sabes de la evolución de las especies, pero de tu último comentario se desprende cierta falta de lecciones de Biología. Resulta conceptualmente incorrecto creer que el parto lleva a cabo la función adaptativa del ser humano por sí sola, es decir, considerándola el buque insignia del mecanismo de la evolución. Incorrecto. Cierto es que en algunos partos, se lleva a cabo una especie de selección natural, porque el futuro individuo (bebé) sufre de alguna patología grave, desencadenada durante la propia gestación, que le impide culminar el nacimiento con éxito, o que le hace fallecer a las horas, días o semanas próximas al nacimiento. Los mecanismos adaptativos en mayúsculas, son de otra índole, como por ejemplo, según los últimos estudios, todos aquellos relacionados con la epigenética... Así que, querido Jank, no te confundas, ese proceso evolutivo no guarda relación alguna con el entorno en el que se desencadene el parto (hospital-domicilio), sino con un elenco de factores y parámetros que ahora no vienen al caso. ¿crees que la atención al parto hospitalario anula los procesos de selección natural? No lo creo y sin embargo, y para tu información, algunas de las iatrogenias propias de los partos hospitalarios medicalizados en exceso, provocados, programados o simplemente derivados de una atención inadecuada a un parto que se ha desencadenado naturalmente, llevan consigo verdaderos traumas materno-infantiles, cuando no serios dramas familiares (conozco uno por un mal uso del fórceps; no caeré en el extremo, conozco también vidas salvadas por cesáreas innecesarias). A lo que voy es que una creciente demanda de partos domiciliarios es una respuesta a la situación que se viene produciendo, en los últimos años en este campo. Y que sólo pretende permitir a la mujer, que así lo desee, llevar a cabo el parto en su domicilio, con toda la atención y garantías que un parto natural ofrece, en un entorno adecuado (familiar y cercano a un hospital) y con unos profesionales respetando a una mujer pariendo. Esta demanda no perjudica en absoluto a todas aquellas mujeres que confíen ciegamente en el sistema, y que lo observen como la única alternativa válida al nacimiento de su hijo. Y, por contra, mejoraría los números de nuestra (maltrecha) seguridad social, así como la satisfacción de numerosas usuarias del sistema, por qué no decirlo: informadas, que deciden optar por vías alternativas que consideren más óptimas por las razones X, Y y Z, que no soy quien para rebatir o discutir, ni tú tampoco. Todo esto sin entrar a analizar los distintos formatos de atención al parto en otros países europeos, las estadísticas de satisfacción de las usuarias, los resultados de esos procesos y las consecuencias de los mismos. Personalmente me parece una decisión más que respetable, siempre y cuando se haga con toda la información, profesionales y garantías al alcance de la Seguridad Social. El mayor de los inconvenientes ocultos que tienen muchos de los detractores de estas propuestas, es que se dejan de necesitar a muchos profesionales, que de otro modo tienen dos opciones: - Montarse un chiringuito privado donde perpetuar prácticas y sistemas. - Reubicarse en otro sector relacionado. - Reciclarse, lo que implica acercar posiciones a lo que el sistema demande, en este caso, parto domiciliario. - Volver al pueblo a cultivar patatas, asumiendo que ése es el devenir de su profesión y que no hay trabajo para todos. (Todos=los que ya había+ los que están entrando+los que están estudiando.) Se dejan de necesitar muchos suministros de oxitocina, gasas, hilo de sutura, instrumental, personal vario (limpieza, esterilización...), que de otro modo se despilfarran por protocolo, contribuyendo así a los mejores beneficios industriales de todas las empresas suministradoras: desde farmacéuticas a empresas de servicios. En fin, diversos y variopintos motivos e intereses por los que las cosas son como son. Y yo pienso: si hay especialistas formados, preparados y profesionales que quieren asistir este tipo de partos, y parejas informadas, convencidas y dispuestas a llevarlos a cabo, en un país que se las da de progre, libre y plural ¿quién es el sistema para impedirlo? Un saludo, Adri