¡Sí señora!Susana, así se dicen las cosas.
La desgracia es que el sistema ya se fue dando cuenta de los perjuicios de la educación pública de calidad, y ahora se encargan de cargársela a marchas forzadas...No se pueden permitir muchas generaciones como las nuestras...
O el chiringuito les peligra: menos miedos, más asumir las responsabilidades de nuestros actos y más autosuficiencia...
Esto sólo es la punta del Iceberg, se han pasado de la línea. Nos toca hablar a los de abajo. Y lo decimos alto y claro:
ESTE SISTEMA NO NOS GUSTA, NO NOS REPRESENTA, NO NOS RESPETA,
si nos dejáis, somos capaces de cambiarlo.
¿apostáis?
Un abrazo,
Adri