Hola Ana,
Creo que nadie dice que porque se dibujen y publiquen estas viñetas la atención que prestan , estos especialistas, sea peor o mejor. Son hechos independientes (y que dependen del profesional en cuestión), a priori, salvo que muchas mujeres puedan identificar en ciertas burlas de algunas de esas imágenes, historias ciertamente reales (que han sucedido fuera de las viñetas) y cotidianas.
Respecto a lo de que los médicos no expresarán los chistes frente a ellas, diré que probablemente los chistes no, pero ¿cuántos testimonios hay verdaderamente aberrantes e irrespetuosos sobre faltas verbales de los médicos, y sanitarios en general de este campo, hacia embarazadas? (por poner un ejemplo concreto). Echando un vistazo en webs como ésta, e imaginando la cantidad de personas que no recurren a ella, ni expresan sus vivencias...Parece que muchos más casos de los deseables. ¿Por qué se desatienden reclamos tan importantes de un determinado sector de la población?
Esto significa que, efectivamente, la ofensa verbal (incluso física) se llega a producir, desde el médico hacia el paciente, en ocasiones. Desconozco si en sentido contrario. Casos hay diversos y con distinto grado de intensidad. De modo que si no podemos generalizar para demonizar, tampoco para beatificar. Partamos de la base de que habrá de todo, en mayor o menor cuantía, tanto para lo uno como para lo otro.
Precisamente por estas acciones, y por acciones de otra índole, pero que rozan el respeto mínimo exigible, el trato deseado o los mismos derechos del paciente, el colectivo se ha demonizado a sí mismo. Creo que hasta el punto de empezar a descubrir, con acciones como una simple viñeta cómica, en principio inofensiva, cuánto daño han hecho algunos profesionales al conjunto, y cuánto se puede seguir haciendo, si no se reflexionan y plantean ciertas cuestiones en una mesa de trabajo.
Como he indicado en otro comentario, la escasa reputación del colectivo la alimentan las acciones de sus propios profesionales. Una cosa es el mensajero y otra el mensaje. Parece claro que lo que le toca evaluar a este colectivo médico es el mensaje, el contenido de estos rechazos y no arremeter contra el mensajero, puesto que eso carece de sentido e impide avanzar a la sociedad. Además de que denota cierta incapacidad de autocrítica, impropia de personas formadas.
Tras este revuelo, creo que una de las enseñanzas que debe extraer la SEGO, es que no camina en la dirección adecuada y que cabe replantearse ciertas cuestiones. Otra cuestión será que lo acometa o no, pero considero que como mínimo debe albergar la duda, por unos instantes.
En ninguno, de todos los comentarios que se han realizado al hilo de la entrada, he podido vislumbrar la imagen de mujer víctima y dramática que describes en tu comentario, y que dices caricaturiza a la mujer y resta credibilidad. Sin embargo si percibo en los comentarios sentimientos lógicos de rabia, indignación, enfado...O textos argumentativos en su mayoría, muy contenidos y bastante correctos. Todo un ejemplo de debate escrito por cierto, muy difícil de encontrar en otros espacios de la red.
Creo que hacer tragedia de problemas poco lacerantes, como comentas, es como poco, igual de malo que no saber identificarlas.
Ojalá el mayor de los males fueran estas viñetas, pero la realidad de fondo es lo preocupante en este campo de la atención sanitaria. Y eso no requiere arte escénica alguna y constituye y construye nuestra realidad diaria.
Un saludo,
Adri