Adri (unverified)
10 Jun 2011
Me encanta la carta de la Dra. Ibone Olza, y me repatea como a cualquier ser humano la idea de que una madre y un bebé puedan ser separados de una manera tan injusta, drástica y dolorosa para ambos... Pero no puedo dejar de sentirme hipócrita al pensar la movilización que está habiendo por esta causa, y la dejadez y pasividad social que el conjunto del colectivo de ciudadanos mostramos ante hechos más cotidianos, como abandonar durante 8 horas ( o más ), todos los días laborables, a bebés de entre 4 meses y 3 años de edad, en las guarderías públicas y privadas de todo el territorio español. Es lamentable la noticia de esta niña arrancada de los brazos de su madre, pero no es menos lamentable la situación que viven miles de bebés en España diariamente, al amparo de una costumbre extendida y aceptada socialmente, que consiste en "dejar" a los niños en las guarderías, y avalada por un argumento sin base científica, (o al menos de dudosa base científica) que consiste en decir que los niños necesitan socializar (sí, pero me pregunto yo ¿a qué edad?); cuando en realidad lo que hay es una necesidad imperiosa de que esa madre se incorpore al mercado laboral. Sin quitarle ni un ápice de importancia al caso de Habiba...Hagamos un poco de reflexión, y si queremos también de análisis, y veamos como afectan las dosis de cortisol en dosis menos altas (probablemente de las que está aguantando la niña de Habiba), pero diarias, que deben afectar a miles de niños de nuestro territorio. Hagamos una proyección a lo largo de la vida pre-infantil del individuo (tantos días de dosis de cortisol injustificadas en el bebé), extrapolemos las consecuencias a futuro (tantos días de dosis de cortisol injustificadas, a tantas reacciones adversas en la salud mental y física del individuo por día) y sumemos con la calculadora el número de individuos y lo multiplicamos por el números de generaciones que practican estos cuidados infantiles. Podemos hacernos una idea de las consecuencias, a futuro, de nuestras conductas presentes. Y si queremos avalar la baja maternal mínima de un año, sólo hay que hacerle ver, al sistema de la Seguridad Social, o lo que quede de él, que: tanto cuesta el tratamiento de enfermedades, conductas, trastornos, y todas las consecuencias que nos imaginemos en la sociedad, derivadas de una infancia descuidada, y tanto cuesta la baja maternal de un año a cada madre. Deseo que se solucione pronto la situación de Habiba y su bebé. Espero que empecemos a valorar de una vez por todas el valor incalculable del papel que cumple una madre junto a su bebé, y la necesidad y dependencia que ambos tienen entre sí,emocional y física. No existe argumentación sensata que separe injustificadamente a una madre de su cría, salvo la de facilitarles a ambas una cantidad de sufrimiento ingente. No creo que el papel de la Administración sea el de maltratar al ciudadano. Tenemos mucho que replantearnos, y mucho más por trabajar en ello. Un saludo, Adri