Feli (unverified)
17 Ene 2013
Yo solo puedo hablar por mi experiencia y por lo que me han contado otras madres, pero sinceramente lo del "vacío" al tener a tu bebé en brazos, en el sentido de vale que mono pero como que no me llena, no es culpa de la cesárea, porque a mí, que me hicieron cesárea, me pasó, pero es que otras (muchas) madres con las que hablé que habían tenido un parto vaginal (y estoy hablando tanto con epidural como sin ella) también habían pasado por esa experiencia. Una prima mía dio a luz mediante cesárea, por que el parto se alargaba y no dilataba lo suficiente, no estoy diciendo que fuera algo justificado, simplemente que se la hicieron alegando este motivo. Y lo pasó muy mal, tenía que sentarse sobre cojines, no podía levantarse ni sentarse sola... Muchísimos dolores... A mi me planificaron la cesárea, porque mi hijo no se daba la vuelta, era ya la semana 38 y no estaba muy por la labor. La alternativa era tratar de girarlo desde fuera (varios médicos me recomendaron no hacerlo por la posibilidad de que el cordón se le enredara en el cuello o en algún miembro y tener que hacer una cesárea de urgencia mientras a mi hijo le faltaba el oxígeno) y este procedimiento aún así no me aseguraba que lo pudieran colocar para un parto vaginal. Así que me hice a la idea de los super dolores que iba a tener, de mi hermosa cicatriz de lado a lado de la barriga y de que iba a estar completamente imposible el simple hecho de coger a mi hijo en brazos. Aún con fecha y todo (la que me dieron, que a mi un dia u otro me daba igual) al final el parto se adelantó, empecé con contracciones seguidas y nos fuimos al hospital. Dado que yo tenía programada cesárea y en cualquier caso me la tendrían que hacer si el parto seguía adelante, pues no me hicieron demasiado caso. A ver, no estaba en la sala de espera retorciendome, me ingresaron y me dieron cama, pero no me pusieron ningún tipo de analgésico, o para acelerar el parto. Nada, yo en mi cama llevando las contracciones lo mejor posible. Llegó un momento que cuando no podía más les dije que por favor hicieran algo, que el parto seguía adelante y que no me daba la gana de estar en una cama hasta por la mañana para ver si estaba o no realmente de parto. Me examinaron y a la chica se le pusieron los ojos como platos: 7 cm en 4 horas. ¿No está mal para una primeriza, eh? Pues corriendo al quirófano, un agobio que no os imáginais, me puse a llorar en el pasillo de camino a la cama. Mientras me llevaban al quirófano e iban sondándome y de más yo no podía quedarme quieta por las contracciones, que no terminaba una y empezaba otra. Me tuvieron que pinchar varias veces para ponerme la raqui (o como se diga) porque no podía estarme quieta. Lo que es la cesárea en sí, me enteré de bien poco. El agotamiento y que uno de los médicos cantaba con una voz super grave me adormecieron. Cortaron tan poco para sacar al peque que se quedó atascado el culete y me acuerdo de que lo comentaban, y tuvieron que empujar un poco. Yo me reía medio dormida. Cuando lo sacan me enseñan a un bebe precioso de 4,160kg, un peponcete como dijo la matrona. Recuerdo oir como me ponían 20 grapas, clack, clack, clack, clack... fue fácil contarlas. Me llevan a reanimación, mientras al peque lo revisan y le hacen la prueba del azúcar (protocolos para los bebés grandotes) Me llevan a la habitación, no podía levantarme, no me dejaban y yo estaba deseando que me quitaran la onda porque era muy incómoda. Pero me tumbaba, me sentaba, me movía vamos. Me dice una enfermera: No cojas al niño en brazos sobre tu barriga, que te vas a hacer mucho daño, dale el pecho mejor de lado. Yo lo intento, pero imposible, estoy incomodisima y a peque le cuesta mucho más hacerlo así. Así que lo hago como lo he visto hacer siempre, y no siento dolor por ningún sitio. Vienen las visitas, todos a cuadros de que esté tan entera habiendo pasado por contracciones y por cesárea. Jope, pues si no me duele no me duele. Al día siguiente me quitan la sonda, y yo despacio y agarrandome a la barandilla (por si acaso) me voy a la planta de abajo en ascensor a cogerme un batido. Y todo el camino voy pensando: ¿cuándo empieza a dolerme? Las visitas de ese día se quedan más a cuadros todavía viendo que me muevo por toda la habitación con total tranquilidad. El día siguiente de que me den el alta nos vamos paseando a nuestro hijo en el cochecito, un corto paseo, que me acaban de hacer una cesárea. Nos volvimos cuando llevábamos casi una hora fuera de casa porque se nos iba a hacer tarde para comer, pero yo no me sentía cansada, me sentía mucho mejor que los últimos días del embarazo que estaba pesada y me costaba horrores moverme. Tengo la firme intención de dentro de unos años tener otro hijo, esar emarazada fue una experiencia preciosa sintiendo dentro de mí a mi hijo, la cesárea fue super tranquila y sólo me arrepiento de todos los miedos infundidos que tuve por culpa de gente que decía que iba a estar muriéndome de dolor sin poder ni coger a mi hijo. La lactancia ha sido desde el primer día lo más agradable del mundo, quitando los primeros días que se me irritó un pezón por la saliva del peque, todo lo demás ha ido sobre ruedas. Temblando estaba cuando me tenían que quitar las grapas, pensando que era en ese momento cuando me vendrían los terribles dolores, cuando le digo a la chica: ¿Pero no las vas a quitar? Y me responde que ya lo ha hecho. ¡Y yo pensaba que las estaba tocando para ver cómo estaban! Si tengo que pasar por otra cesárea, lo haré sin miedo, sabiendo perfectamente a qué me enfrento. Y si esta segunda cesárea me da problemas, estaré tranquila, sabiendo que puedes estar muriéndote del dolor tanto con una cesárea como con un parto vaginal.