Nuria (unverified)
31 Ene 2011
No era amiga íntima, no era familia, solo soy una vecina. Recientemente me he visto en esa posición "incomoda". Que hacer, que decir, como aproximarme a esa mujer cuando llevo en mis manos un bebé sano. No quería que pensara que soy una entrometida, tampoco quería "dejarlo pasar", compadecerla desde lejos. Así que me armé de valor y llamé a su puerta. La pedí disculpas por si la molestaba y la dije que lo sentía mucho, que no había podido dejar de pensar en su dolor. La pasé una nota con mis teléfonos y varias direcciones de internet e incluso un libro. Un abrazo a todas esas familias que esperaban abrazar un hijo y se encontraron con las manos vacias. Gracias a todos los profesionales que han entendido la necesidad de humanizar ese momento.