Muchas gracias a todos. En cuanto a la reclamación, es algo en lo que
estoy trabajando y que sin duda voy a hacer. Y posiblemente también
una denuncia, pero hay que estar mucho mas entera anímicamente de lo
que estoy yo ahora para hacerlo en este momento, por eso quiero dar
las gracias a El Parto Es Nuestro por hacerse eco de mi historia, por
sacar a la luz otro caso de violencia obstétrica, ese término que aun
hay gente que no se cree que existe, y por el apoyo que me han dado
tantas y tantas de sus socias.
En cuanto a mi hija, estamos cada día mejor. Este relato lo escribí
hace 3 semanas y desde que tuve que enfrentarme a mis sentimientos
para reflejarlos por escrito algo ha cambiado con respecto a ella.
Ella es sin duda la luz en el pozo en el que me había metido (o al que
me habían empujado), es mi niña maravillosa que me ha vuelto a enseñar
lo que es el amor incondicional, lo fácil que es mirar a los ojos y,
sin una palabra por medio,enamorarte para siempre y sin remedio. Y
ahora, que me sonríe con sus 7 semanas de vida, que se pone nerviosa y
alegre cuando soy yo la que la coge en brazos, recuerdo el día de su
nacimiento y recuerdo lo feliz que estaba cuando estaba en casa, a
pesar de lo "duro", o mas bien, de lo intenso, del momento. Pero tengo
grabado a fuego el miedo, la impotencia, la inseguridad y las ganas de
llorar que tuve desde el momento en que entré en el hospital hasta que
salí. Recuerdo el alivio al salir por la puerta del hospital deseando
no tener que volver jamás.
No hay derecho que las mujeres embarazadas y sus parejas tengan que
hacer un master en obstetricia para que no te maltraten, o cruzar los
dedos para que este de guardia el gine/matrona respetuoso, o tener que
hacer turismo obstétrico, yendo a hospitales e incluso a comunidades
autónomas que no son las que te tocan para conseguir que te traten de
acuerdo a la evidencia científica y a tu condición de persona.
Hay algo muy importante que no he dicho hasta ahora, y es GRACIAS.
gracias a todas las matronas, ginecólogos/as, personal de enfermería,
auxiliares, celadores, personal de limpieza.... Todos, los que
trabajáis día a día porque las mujeres y los bebes sean los
protagonistas de un momento tan importante. Gracias porque muchas
veces estáis mal vistos dentro de vuestro propio colectivo o en
vuestros trabajos por ir contracorriente, por no primar vuestra
comodidad o vuestras agendas a la seguridad y a la comodidad de la
mujer que da a luz, por hacer que un momento tan especial para la vida
de la mujer y del bebe sea recordado con alegría y no con horror.
Gracias por entender que en vuestras actuaciones está la diferencia
entre una mujer radiante, feliz con su bebé en brazos con un vinculo y
una lactancia establecida y gozosa, y una mujer herida física y
emocionalmente que apenas puede mantenerse en pie, con vínculos muchas
veces perdidos para siempre, depresiones post parto, síndrome de
estrés postraumatico, lactancias perdidas y sueños rotos.cuantos casos
hay todos los días...
Yo he tenido suerte porque tengo a mi lado un hombre maravilloso que
adora a sus niñas y una hija que adora a su hermanita y contagia esa
ilusión, y un bebé que es puro instinto, naturaleza en su estado mas
puro, que me conecta con mi lado mamífero y se me hace imposible no
caer rendida a sus pies. La lactancia es también un bálsamo que ayuda
a aliviar (que no sanar) las heridas. Pero no habría nada que sanar si
no se hubiese hecho tanto daño. Si esas personas me hubiesen tratado
como el ser humano que soy y no como a un títere.
A los profesionales respetuosos con nosotras, con nuestros bebes y con
la evidencia científica, no olvidéis nunca que una mujer que da a luz
rodeada de respeto, amor y comprensión, respetando sus tiempos, con
libre movimiento, conectada con su condición de mamífera (al fin y al
cabo, es lo que somos) os va a recordar por el resto de sus días con
un cariño inmenso, y esos bebes llegados al mundo con vuestra compañía
habrán nacido en las mejores condiciones posibles gracias a vosotros,
y eso de verdad que no tiene precio.
Un beso.