Anonimo (unverified)
15 Ene 2011
Muchas gracias a todos. En cuanto a la reclamación, es algo en lo que estoy trabajando y que sin duda voy a hacer. Y posiblemente también una denuncia, pero hay que estar mucho mas entera anímicamente de lo que estoy yo ahora para hacerlo en este momento, por eso quiero dar las gracias a El Parto Es Nuestro por hacerse eco de mi historia, por sacar a la luz otro caso de violencia obstétrica, ese término que aun hay gente que no se cree que existe, y por el apoyo que me han dado tantas y tantas de sus socias. En cuanto a mi hija, estamos cada día mejor. Este relato lo escribí hace 3 semanas y desde que tuve que enfrentarme a mis sentimientos para reflejarlos por escrito algo ha cambiado con respecto a ella. Ella es sin duda la luz en el pozo en el que me había metido (o al que me habían empujado), es mi niña maravillosa que me ha vuelto a enseñar lo que es el amor incondicional, lo fácil que es mirar a los ojos y, sin una palabra por medio,enamorarte para siempre y sin remedio. Y ahora, que me sonríe con sus 7 semanas de vida, que se pone nerviosa y alegre cuando soy yo la que la coge en brazos, recuerdo el día de su nacimiento y recuerdo lo feliz que estaba cuando estaba en casa, a pesar de lo "duro", o mas bien, de lo intenso, del momento. Pero tengo grabado a fuego el miedo, la impotencia, la inseguridad y las ganas de llorar que tuve desde el momento en que entré en el hospital hasta que salí. Recuerdo el alivio al salir por la puerta del hospital deseando no tener que volver jamás. No hay derecho que las mujeres embarazadas y sus parejas tengan que hacer un master en obstetricia para que no te maltraten, o cruzar los dedos para que este de guardia el gine/matrona respetuoso, o tener que hacer turismo obstétrico, yendo a hospitales e incluso a comunidades autónomas que no son las que te tocan para conseguir que te traten de acuerdo a la evidencia científica y a tu condición de persona. Hay algo muy importante que no he dicho hasta ahora, y es GRACIAS. gracias a todas las matronas, ginecólogos/as, personal de enfermería, auxiliares, celadores, personal de limpieza.... Todos, los que trabajáis día a día porque las mujeres y los bebes sean los protagonistas de un momento tan importante. Gracias porque muchas veces estáis mal vistos dentro de vuestro propio colectivo o en vuestros trabajos por ir contracorriente, por no primar vuestra comodidad o vuestras agendas a la seguridad y a la comodidad de la mujer que da a luz, por hacer que un momento tan especial para la vida de la mujer y del bebe sea recordado con alegría y no con horror. Gracias por entender que en vuestras actuaciones está la diferencia entre una mujer radiante, feliz con su bebé en brazos con un vinculo y una lactancia establecida y gozosa, y una mujer herida física y emocionalmente que apenas puede mantenerse en pie, con vínculos muchas veces perdidos para siempre, depresiones post parto, síndrome de estrés postraumatico, lactancias perdidas y sueños rotos.cuantos casos hay todos los días... Yo he tenido suerte porque tengo a mi lado un hombre maravilloso que adora a sus niñas y una hija que adora a su hermanita y contagia esa ilusión, y un bebé que es puro instinto, naturaleza en su estado mas puro, que me conecta con mi lado mamífero y se me hace imposible no caer rendida a sus pies. La lactancia es también un bálsamo que ayuda a aliviar (que no sanar) las heridas. Pero no habría nada que sanar si no se hubiese hecho tanto daño. Si esas personas me hubiesen tratado como el ser humano que soy y no como a un títere. A los profesionales respetuosos con nosotras, con nuestros bebes y con la evidencia científica, no olvidéis nunca que una mujer que da a luz rodeada de respeto, amor y comprensión, respetando sus tiempos, con libre movimiento, conectada con su condición de mamífera (al fin y al cabo, es lo que somos) os va a recordar por el resto de sus días con un cariño inmenso, y esos bebes llegados al mundo con vuestra compañía habrán nacido en las mejores condiciones posibles gracias a vosotros, y eso de verdad que no tiene precio. Un beso.