No creo que sea un tema de juicio, sino de poder. Los/as individuo/as de esta calaña utilizan su profesión para ejercer el poder sobre las mujeres en un momento muy poderoso, pero al mismo tiempo vulnerable. Se sienten Dios dominando y mangoneando algo tan extraordinario como un nacimiento. Que venga una mujer demandando o queriendo decidir, o lo que es lo mismo, cuestionando su protagonismo (el de los profesionales), es mas de lo que su ego malcriado puede soportar. “¿Que me vas a decir tu como debo trabajar? Vamos anda, hasta ahí podíamos llegar. Te vas a enterar, que aquí mando yo.“ Es infantil, penoso, sádico. Pero ocurre cada día. Ahora mismo está pasando en algun paritorio español.