Querida:
Gracias por tomarte este tiempo, por escribir tu testimonio, por tener el valor de compartirlo y así hacernos llegar tu voz.
Gracias por darme la oportunidad de aprender de ti, de acercarme y sentir. Testimonios como el tuyo me motivan a seguir revisando sin tregua mi actuación como profesional que acompaña procesos de vida cruciales y dolorosos.
Gracias también por recordarme la importancia de seguir siempre cuidando de mi persona, al margen de mi rol como profesional, y revisar constantemente mi manera de construir relaciones, cuya calidad es fundamental para el bienestar de quienes entramos en relación...y con ello me refiero también a las relaciones de acompañamiento y, por supeusto, de valor terapéutico.
No hay derecho.
Nunca debería ocurrir lo que pasasteis tu y tu bebé en el momento de su acogida en este mundo.
Y sin embargo sabemos que el mal-trato sanitario existe, que muchas mujeres y bebés en este y muchos otros países, en este siglo están siendo regularmente violados en su intimidad en el momento de dar a luz y de venir al mundo.
Sabemos que esto ocurre bajo el techo de la institución sanitaria, de la mano de quienes obtuvieron un título de profesional "de la salud" sin que nadie se preocupara ni se preocupe de su propia salud (mental).
Cuídate...dejate cuidar...quiero creer y espero que el "reencuentro amoroso" con tu bebé sea pronto posible (no olvides por favor que es un re-encuentro...ya estuviste enamorada durante muchos meses..!). El Amor es más fuerte de la violencia, aunque nos cueste verlo en los momentos más oscuros...
Te abrazo.