Adri (unverified)
7 Ene 2011
Hola Anabel, entiendo todo lo que dices, pero creo que no has entendido lo que te he querido decir, y tampoco has contestado a mis preguntas (quizá no querías, me parece bien). Te digo esto, porque yo tiendo a tratar los temas desde un punto de vista más objetivo, basado en la observación, en el análisis y en la información que extraigo de la realidad. Pero me abstengo bastante de dar mi experiencia, porque entiendo que es mía, y por tanto no tiene por qué ser objeto de estudio ni generalizable, ni siquiera representativa de ningún tema. Hablo sobre el grueso de las cosas, sobre la información que tengo, o sobre la opinión que me genero, sobre las generalidades, sobre lo social en su más amplio sentido. Creo que es la única manera de extraer conclusiones válidas generales, visiones cercanas a la realidad. Siento que no lo veas así, pero para mí, debido a mi formación, lo que importa es la tendencia general, porque es lo que determina una época, una sociedad; lo que genera unas consecuencias en las futuras conductas humanas, y por tanto en las futuras sociedades. Un análisis más impersonal, y muy general, es el análisis del que partir, para poder entender muchos aspectos que afectan a grandes cantidades de población, como pueda ser el caso del que hablamos, la fabricación y distribución de un determinado juguete. No es que menosprecie o no me interese tu caso, tu experiencia, o tu entorno. Es que no me permite hablar más. Porque después de este comentario ¿qué más debate hay?¿puedo acaso argumentar a favor o en contra de situaciones personales? No. Me interesa hablar de los posibles efectos generales, de este juguete en la población infantil y ver lo que opinan otras personas, desde puntos de vista amplios. NO de un caso aislado. Todo lo que has dicho es obvio, por tanto no es posible debatir sobre ello. Yo no he dicho que tu hija será como tú, ni mucho menos; digo que no eres la única persona ni cosa que afecta a su formación. (Refiriéndome a los juguetes, y a tu comentario "los ejemplos de nuestros hijos somos nosotras mismas", en el que pretendes relajar la carga y duda que pesa sobre cierto tipo de juguetes y su contenido implícito.) Por otro lado me sorprende que hagas una valoración tan a corto plazo, sobre las consecuencias del videojuego en tu sobrino ¿quién ha dicho que lo que pasa a día de hoy es lo que seguirá sucediendo en el futuro de un individuo? Creo que nunca se sabe por donde va a salir el tiro, y menos en individuos que tienen mucho que desarrollar en pocos años. En cualquier caso, sigue siendo un ejemplo en particular, el de tu sobrino, no es generalizable; la realidad es que muchos profesionales han realizado estudios sobre este tema en concreto y ya han lanzado las alarmas correspondientes. Y no las han lanzado porque consideren que un niño en no se donde tuvo problemas, sino porque afecta negativamente y a un amplio rango de niños y adolescentes. NO pretendo nada, por supuesto, sólo te muestro mis inquietudes. Yo no he dicho que la ficción y la realidad sean una doble moral en sí, me ha faltado decir :"si el individuo se comporta igual ante ambas". Es decir, si tiene la misma opinión en uno y otro terreno, lo malo y lo bueno, es lo mismo en los dos campos. Pero creo que sí hay una doble moral en algunos niños, en este aspecto. Cuando pones el ejemplo de que, a veces, eras policía y a veces, ladrón, veo que no me has comprendido bien. Esto que dices no contradice mi teoría; en ambos casos estabas en la realidad, jugabas desde la realidad. ¿Dónde ves ahí la ficción? Simplemente te comportarías siguiendo un rol distinto en caso caso, pero probablemente serías consciente en todo momento del papel que desempeñabas, y si te hubieran preguntado qué preferías ser, según tu moral, y tu educación, habrías contestado una u otra cosa. Pero ambas son reales. La ficción a la que me refiero no tiene nada que ver con el mundo interior y de la imaginación de una persona, cuando lee un libro, o como tú muy bien has descrito, cuando sueña... Tiene que ver con el niño angelical, que parpadea al ver a su madre, poniendo cara de no haber roto un plato; y luego se encierra en su habitación y se convierte en otro individuo mucho menos deseable. No se si está bien llamarlo doble moral, o la palabra correcta es transformación. Hay mucha gente que opina que si se desquitan en el videojuego luego no hacen nada a nadie, porque ya se han sosegado, y otros opinan que si su rutina es violencia, generan violencia, entre otras cosas porque la aprenden...Teorías y opiniones varias. Pero la realidad es sólo una, y en ella está la respuesta a la adecuación o no de determinados juegos. A eso me refiero en relación a los juguetes que generan esta dualidad, y por tanto esta necesidad extra de vigilancia y educación por parte de los padres; al margen, claro está, de que cada niño tiene su personalidad, el día de mañana hará lo que considere, o le afecte en menor o mayor medida lo que se opine en la sociedad en la que viva, porque todo esto es obvio que así será. En todo lo demás tengo que estar de acuerdo, porque son descripciones de situaciones personales. No hay debate. Cuando dices que "si tienen su propia personalidad", eso ya lo se, totalmente de acuerdo, nada que objetar, pero suscita de nuevo la pregunta de fondo de este debate, y la pregunta es: Esa personalidad que tienen ¿es fruto de su esencia intrínseca (genética) y de su desarrollo natural de ideas y aptitudes o, a día de hoy, fruto de nuestro tiempo, tiene un alto grado de manipulación por parte de los estímulos no filtrados que reciben constantemente? Tipo juguetes, imágenes, exceso de televisión, anuncios... Otro abrazo: Adriana