Queridas amigas, durante el parto de mi segunda hija, en el cual estaba decidida a no ponerme la epidural, llegué al momento fetén, y así se lo conté a mi matrona. Ésta, sin previo aviso, me hizo un "registro", me dolió tanto y me pilló tan desprevenida, que grité... Fué entonces cuando ella me dijo:"si te vas a poner así, ponte la epidural". Me sentí tan pequeña, tan débil que pensé, si nadie me va apoyar en esto, mejor accedo... Lo peor no quedó en esto... tardaron en ponerme la epidural, me levanté una vez para poder aguantar mejor, cuando llegó el anestesista, ya tenía dolores bastante intensos... para ponerme la epidural tuve que cerrar las piernas, ya sabéis posicion fetal... me llegó una contracción muy fuerte, no supe como contenerme y grité... el anestesista me dijo: "Así vas a ahogar también al bebé"... tuve que pedir perdón...por no saber contenerme... Hoy, me pregunto por qué no fuí más fuerte, física y emocionalmente... me siento culpable. Al menos los efectos secundarios de la anestesia fueron llevables... Supongo que la fortaleza de la mujer no es nada, si en esos momentos tan importantes quienes nos acompañan nada hacen... Un saludo cordial