Además, es que NO es natural un parto en el que te obligan a no moverte, te ponen boca arriba, no tienes tranquilidad ni intimidad, no te infunden confianza, perturban tu proceso fisiológico a cada momento...
El dolor y el sufrimiento (dos cosas diferentes pero que en esos casos pueden aparecer ambas), se multiplican por mil en partos no respetados, aunque los llamen naturales.
En esas circunstancias es necesaria la intervención externa para paliar el dolor y para solucionar el estrés de la madre.
En un parto respetado, donde se favorece el proceso fisiológico y se acompaña a la mujer, ella es capaz de sobrellevar todo y además, no sufre.