En mi cuarto embarazo, la niña estaba de nalgas. Yo pensaba que me iban a mandar seguro a quirofano. Pues no. El tocologo me dijo que ni hablar de cesarea, que era perfectamente posible un parto vaginal. Lo unico, que me harian una pelvimetria para comprobar el canal de parto, pero que la cesarea seria la ultimisima opcion.
Al final, Lucia decidio darse la vuelta en la semana 38, pero por lo menos yo ya estaba tranquila.