Adri (unverified)
3 Ene 2011
Leyendo a Casilda Rodrigáñez una comprende mucho acerca de su realidad sexual, pero además empieza a asomarse al análisis de un mundo mucho más complejo y extenso: la humanidad (sociedad, política, religión, represión, dominación)... Cada día tomo más conciencia acerca de la importancia del parto. Y no me sorprende nada de lo que observo a mi alrededor. Creo que las sucesivas generaciones de individuos vienen caracterizadas por las prácticas de parto que se realizaron con ellos. Así sucesivamente hasta la degeneración actual de la juventud:, hijos caprichosos, irrespetuosos, casi se podría hablar de extraños dentro de casa ¿quizá por la falta de impronta materna?¿quién sabe?, y lo peor ¿quién lo demuestra?...Hace poco leí que algún neurólogo ya comienza a examinar a sus pacientes preguntándoles acerca de su nacimiento; que no es otra cosa que la manera en que llegaron al mundo. Por qué será. De acuerdo totalmente con la anónima del primer comentario. En respuesta a alguna de las preguntas que ha lanzado...Quizá la sexualidad de la mujer es tan poderosa, que ha interesado históricamente restarle calidades, enterrarla, e incluso menospreciarla. Puede que por ignorancia, puede que por interés. Que las mujeres mueven el mundo, hace días que lo vengo observando; y que la imagen que guarda la sociedad (incluso nosotras mismas) de la sexualidad femenina, es limitada y paupérrima...Eso es, a día de hoy, una evidencia. Somos objeto de deseo, una imagen evocadora de sensaciones orgásmicas en el sexo opuesto, cuando no en el nuestro propio. El parto, como una parte más de nuestra sexualidad, comparte parte de esa miopía social, goza también de escaso conocimiento por parte de la sociedad, y en muchos casos de un maltrato oficial exagerado. Afortunadamente, la mentalidad va cambiando, poco a poco...