Si al "cortecito de nada" que llega un centímetro por detrás del ano, se le denomina cesárea vaginal, a mí me han cascado dos, sin previo aviso, sin necesidad (reconocido por la matrona en mi segundo parto) y por supuesto, sin mi consentimiento. La primera, un centímetro por detrás del ano, curó bien y apenas dio problemas, la segunda llegaba dos dedos por detrás del ano, estaba en el otro lado y, me mantuvo postrada sin casi poder moverme cosa de un par de meses....... Imposible no moverme, con un bebé de año y medio y un recién nacido y sin apenas ayuda.
Pasé todo el tercer embarazo sudando cada vez que pensaba en los horrores del postparto, y a la hora del tercer parto, con el mismo médico, por desgracia el más respetuoso que he encontrado (y es que menudo está el patio.....)....... Como decía, en mi tercer parto, aparentemente viendo mi miedo, me dijo "voy a intentar no tener que cortarte, que ya se que tú eres buena paridora"...... Jolines, me sentí como una vaca. Tumbada panza arriba, acabé con un desgarro que requirió como unos 5 puntos externos. Internos fueron bastantes más, como tres cuartos de hora de costura "con puntos pequeñitos, para que no den problemas"....... y con una incontinencia tal que mi hijo tiene ya 5 años y medio largos, y cuando me entra una urgencia de "mayores", o salgo pitando al cuarto de baño o acabo en la ducha. Los primeros años (sí, años) cuando salía de casa tenía que llevar siempre un doble pack de mudas, la de cambiar al niño, y para los escapes de la mamá que tenía menos control de esfínteres que el bebé.
No sé que pasó realmente en mi tercer parto, los motivos reales que tuvo para no "ayudarme con un cortecito", pero mi instinto me dice que los dos "cortecitos de nada" de los primeros partos, tensaron en exceso la piel, y tuvieron bastante que ver en el "desgarrito sin importancia" del tercero, y estoy casi segura de que el médico, al no querer cortar la última vez, lo hizo porque vio que estaba la zona tan tensa que era mejor dejar que se desgarrara "por su sitio" y luego coser lo que hiciera falta para unir los trozos.
En fin, a pesar de todo me niego a utilizar el término "cesárea vaginal".
Para mí la operación cesárea, es una operación sagrada que salva vidas, aunque en los tiempo que vivimos se haya banalizado hasta el punto de convertirla en una opción de nacimiento.