Anónima (unverified)
16 Abr 2019
Uff, siento mucho leer estas experiencias... sólo queda confiar en que con el tiempo y la lucha, sólo serán recuerdos medievales, y los partos serán momentos preciosos y naturales. Por suerte no me he encontrado en situaciones así de duras en el mundo obstétrico. Tengo una hija nacida en el hospital de Calella (Barcelona) y todo fue mejor de lo que me esperaba, ya que yo iba con la mentalidad de tener un parto 100% natural y cuando pedí un tacto, amablemente la matrona me pregunto que para qué, que qué necesidad creía que había, a lo cual le respondí que es que estaba muy cansada (llevaba unas 11h de parto) y que quería saber cómo iba la dilatación. Me dijo que si era para que me quedara tranquila, que lo hacía sin problema. Más tarde le pedí que me rompiera las aguas, también me preguntó, dándome a entender que no necesitaba intervenciones, pero yo ya estaba tan cansada que no podía más, y me rompió las aguas tal y como le pedí. Fue una buena experiencia, tuve mucha intimidad y respetaron mi plan de parto (excepto en la monitorización inicial, momento en el cual me saqué las correas para andar a mi aire, me insistieron en ponerlas y cuando vieron que yo pasaba de todo, me dejaron en paz). A pesar de haber tenido un buen parto, tuve una experiencia desagradable durante las visitas. No sé quién fue quien me trató así, si llevadora, matrona o qué se yo, me dijo que estaba maltratando a mi hija por negarme a que me programara la prueba del esteptococos. Yo me informé, sopesé pros y contras y tomé mi decisión, la cual ella no respetó. Me dijo: bueno vamos a tomar la tensión arterial (acto seguido). Me salió alta y dijo: uy, la tienes alta, a ver si te voy a tener que poner un parto programado por embarazo de riesgo... Menos mal que estaba el padre de mi hija, por que yo no reaccioné. Le dijo: cómo quieres que tenga la tensión si le acabas de decir que está maltratando al bebé. Con ello le paró los pies y ella dijo: bueno bueno, vamos a esperar 10 minutos para que se relaje. Y sí, me bajó y se olvidó la idea de parto programado. La mezcla de esa experiencia, la violencia de género que he sufrido en mis relaciones de pareja, y los abusos sexuales que sufrí en mi infancia, están haciendo que me olvide de ir a las visitas de seguimiento de mi embarazo actual. Las olvido por que tengo miedo de que intenten inculcarme sus protocolos, no respeten mis decisiones, y que ésto me afecte, ya que sufro de ataques de ansiedad y episodios depresivos. Mi pareja ha tenido que llamar para que vuelvan a darme visita para la llevadora, por que la última vez que lo hice, la recepcionista me echó bronca por haber olvidado la visita. La idea de que me entre ansiedad y los "profesionales" sanitarios no me entiendan, hace que me atemorice afrontar el seguimiento del embarazo. A ver qué me depara el parto, no pasare ni una.