Claudia Claudia Claudia (unverified)
3 Dic 2015

Enviado por Claudia Claudi… (no verificado) el

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Con 5 semanas y 6 días, perdí mi primer embarazo. Pasé rápidamente del entusiasmo y miedo de estar embarazada, al miedo y la desilusión de ya no estarlo. Mi médico fue sabio, me dijo que el mejor medio para expulsar el embarazo fallido, era esperar a que el cuerpo y la naturaleza hicieran lo suyo, me dijo que la decisión era mía, si quería internarme hablaríamos del procedimiento, pero recomendaba esperar. Es lo que hice, y traté de calmarme. Esperé tres semanas y comencé a sangrar levemente...supuse que era el tapón mucoso, mi médico, atento al mail, al teléfono, a whatsapp; respondía atento mis preguntas. Me dijo que debía esperar un sangrado más abundante que una regla normal. Esperé, y comencé a sangrar cada vez más, lentamente. Esperé. Una noche, comencé con un dolor uterino fuerte, parecido a los dolores menstruales, no les hice caso...a las 5 de la madrugada ya no pude ignorarlos, desperté con un dolor intenso, que solo aumentaba, agudo, y persistente...eran contracciones, me lo dijo mi sabia y dulce mamá. Y el dolor creció, hasta que ya casi no era soportable. Fuí de urgencia a la clínica en la madrugada, pasó el dolor de repente como si núnca hubiera existido. El ginecólogo de turno, junto a la matrona, me atendieron, respetuosamente; tuve que pasar por una situación muy desagradable: sangraba profusamente, y el médico debió limpiar el interior de mi vagina con apósitos, poner el desagradable espéculo (me pregunto cuando diseñaran un instrumento menos tortuoso, o al menos más tibio) y seguir limpiando mi interior hasta poder ver el cuello uterino: "está cerrado", dijo. Luego introdujo el aparato de exploración del ecógrafo, y me mostró la pantalla: "Aún no haz eliminado todo, el cuello está a penas dilatándose, el embrión se ha desplazado, y ahora está en la mitad de tu útero, debemos esperar, si quieres", llamó a mi doctor, y él preguntó que quería hacer...nuevamente decidí esperar. El ginecólogo de turno me dijo "va a doler, tal como dolió, puedes tomar viadil". Llegué a mi casa, y dormí, sabiendo que debía aprovechar el tiempo que tenía sin dolores...a la una de la tarde comenzó de nuevo, tuve contracciones tan fuertes que no podía caminar, respiraba tratando de no desconcentrarme y resistir el dolor, no estaba asustada gacias a la visita de la mañana a la clínica, y esperé, y aguanté y aguanté, siempre apoyada por mi madre, mi novio, y mi hermana. Pasó todo el día así, pasó toda la noche, y al día siguiente, cuando al fin sentí un poco de alivio, mi hermana me hizo reir, y expulsé una cantidad importante de tejido y sangre, era tanto y tan diferente a una menstruación que me impactó, sentí alivio. Llamé a mi doctor, y me dijo que nos vieramos el viernes, y que me hiciera la ecografía nueva antes de verlo. El dolor volvió por la noche, me costó mucho dormir, no podía hacer ninguna fuerza sin sentir contracciones, aunque ya eran más suaves. Pensé que todo había terminado, y que mi útero comenzaba a cerrarse, sin embargo dos días después, ya sin dolor, de pronto sentí un volumen grande salir por mi vagina, corrí al baño, y vi un óvalo compacto y sólido caer, casi sin sangre...no me lo esperaba, pensé que todo había sido eliminado en el profuso sangrado anterior...no fue así, y pensé "Eso era el saco gestacional", nadie me lo había dicho, pero bueno, ¿que más podía ser ese huevo?. Escribí a mi médico, preguntando si podía ser eso..."correcto-contestó-eso significa que tu útero está vacío, es bueno, la ecografía saldrá bien, el viernes te explico más", un nuevo alivio, aunque aún estoy algo impresionada...como todos los doctores hablaron de "un embarazo de muy poco tiempo", "un útero pequeño", "sólo tres milímetros", etc, etc, jamás creí que el saco gestacional fuera tan grande...lo era, se ve claramente, no se parecía a nada más, ni estaba escondido entre la sangre, ni nada. Hubiera querido saberlo antes...Ahora estoy esperando mi hora médica del viernes, deseando que mi cuello uterino se cierre, que todo haya sido efectivamente expulsado, que estos largos días de sangrado pasen, que el tiempo me ayude a procesar todo lo vivido. Comparto esta experiencia con todas ustedes, porque creo que la información es la mejor arma para enfrentar este proceso, porque creo que todas tenemos derecho de elegir la manera en que queremos pasar por esto, y que dependiendo de cada carácter o estado psicológico y físico, somos nosotras quienes debemos elegir el desenlace, al menos de aquello que si podemos controlar, dado que la muerte de un embrión pequeñito es algo que ocurre a veces fuera de nuestro control. Mi doctor fue sabio, y creo que también lo fui, lo agradezco, agradezco el buen trato, agradezco su apoyo constante, y el de mi familia, y el del hombre maravilloso que tengo a mi lado. Deseo a quienes estén pasando por esto, la misma guía que tuve, o aún una mejor, y mucha contención, ya que es sin duda una situación muy dificil de enfrentar. Espero que mi experiencia les sea útil, mil gracias por compartir las suyas. Un abrazo mujeres, fuertes y valientes mujeres.