Sol Muñoz (unverified)
4 Abr 2022

Enviado por Sol Muñoz (no verificado) el

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Siempre recordaré cuando llegó a mi casa y me encontró sentada en la taza con las bragas en los tobillos. Me tomó de la mano para saludarme. Mi mano estaba todo pringada de vómito y no pude ni avisarle. Era ya incapaz de articular palabras. Yo solo podía gruñir y jadear. Para poderme hacer un tacto se tuvo que meter en la ducha porque el baño de aquella casa era muy estrecho. Nunca podré olvidar sus palabras: "le toco la cabeza a I, estás en completa". Qué viaje comenzó en ese momento y nos acompañaste con toda la paciencia del mundo. Qué rabia no haberte hecho una foto con mi peque en brazos, pero un día le contaré que fuiste la primera persona que le tocó la cabecita. Y desde entonces creo que mi pequeño está bendecido. La última vez que te vi fue en una charla de Casilda Rodrigañez. Se abrió la puerta del local, gire mi cabeza y te vi. Que alegría más grande. Me hubiera gustado enterarme de tu enfermedad y haberme podido despedir, pero las cosas son como son y no como nos gustarían que fueran. Que la Tierra te sea leve maestra. Gracias por tanto.