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Testimonio parto en casa de partos

Hoy os cuento cómo fue mi parto, pero empezaremos desde el principio.
En abril me diagnosticaron adenomiosis, y me avisaron de las dificultades de quedarme embarazada, así que mi pareja y yo empezamos a buscar antes de lo esperado y en poco más de quince días teníamos nuestro positivo! Fue pronto pero estábamos preparados y muy muy felices.
Desde entonces empecé a informarme a fondo sobre el parto y crianza consciente, y encontré cursos de “Hipnoparto”. Tenía muy claro cómo quería mi parto y mi ginecólogo no parecía estar de acuerdo con lo que yo quería, así que busqué opciones.
Además de dar a luz en el hospital había la opción de hacerlo en casa con una matrona (lo cual descarté por falta de presupuesto) pero gracias al curso de hipnoparto descubrí que existen “Casas de partos” y casualmente hay una en Martorell, en el hospital Sant Joan de Déu. Fuimos a la charla de presentación mi pareja y yo y enseguida vimos que estaba hecho para nosotros!
Des del segundo trimestre estuve haciendo las meditaciones y planificando nuestro parto, intentando siempre hacer partícipe a mi pareja, hacia el final del embarazo asistimos a una formación presencial en Barcelona que nos fue muy bien a los dos, nos sentíamos seguros y llenos de confianza para afrontar el parto.

La noche del 4 al 5 de enero empecé a tener contracciones y un poco de sangrado. Me metí en la cama y se lo dije a mi pareja. Pensé que se pondría tenso pero en lugar de eso me sonrió emocionado, vi en sus ojos que nada podía salir mal. Estuve toda la mañana siguiente con contracciones más o menos espaciadas, terminé de limpiar cuatro cosas, me arreglé el pelo, hice la comida y me fui preparando mentalmente con la respiración y la música que habíamos preparado para el parto. Después de comer mi pareja se fue a trabajar y yo empecé a adentrarme en el “planeta parto”, estaba tranquila y relajada y cada vez tenía más olas uterinas. Hablé con las matronas y me dijeron que me metiera en la ducha y siguiera observando. Estuve bastante rato en la ducha y a eso de las 18 de la tarde llamé a mi pareja porque tenía olas uterinas cada tres minutos. Desde que llegó todo fue mucho más rápido, en cada ola uterina nos abrazábamos y respirábamos juntos, me sentía en confianza con nosotros y con el proceso. Sobre las 21:30, las matronas nos dijeron que fuéramos para el hospital porque el trabajo de parto parecía haber empezado.
En el coche pusimos la “música de parto” y me relajé, me fue bastante bien para descansar durante el trayecto (vivimos a unos 45 minutos del hospital).
Cuando llegamos la matrona nos estaba esperando, me dijo que estaba de 5 cm y me llevó a la habitación que nos habían asignado, ahí me puso una vía con antibiótico para el estreptococo y seguíamos con olas uterinas cada vez más intensas. Enseguida pasamos a la “casa de partos” y mi bebé empezó a descender, yo me repetía frases positivas para el parto y mi pareja me ayudaba a visualizar de forma relajada. Ya notaba la cabecita asomando y también la bolsa, que no se rompía. La matrona me sugirió cambiar de posición y me puse de rodillas sujetándome con los brazos en la cabecera de la cama. Pasé un momento un poco crítico porque estaba segura de que la cabecita no podía pasar, y les dije que lo sentía, pero que no podía salir. La matrona me trató de la forma más amorosa que pudo y me convenció de que mi cuerpo era capaz. Me había puesto en sus manos y en las de mi pareja y no iba a rendirme entonces, así que confié, y seguí pujando en cada ola uterina sujetando la cabeza de mi bebé. Mi pareja vio todo el proceso y antes del último pujo me dijo “ya está aquí!!! Tiene mucho pelo!” Eso me dio muchísima fuerza y volví a pujar, sentí como mi cuerpo se abría para que pasara su cabeza y rápidamente el resto de su cuerpo, al salir se rompió la bolsa. Lloró enseguida. Miré encima de la cama y ahí estaba ella, la puse sobre mi pecho y nos tumbamos en la cama los tres. Ya no lloraba, solo me buscaba, estuvimos tranquilos y juntos disfrutando del momento por lo menos dos horas, la pesaron y midieron y nos llevaron a la habitación. Serían las 3 de la mañana del 6 de enero de 2020, nuestro mejor regalo de reyes.
El hecho de sentirme con tanta confianza con las matronas y fortalecer lazos con mi pareja haciendo que vayamos a la par desde que supimos que íbamos a ser papás, ha sido clave para llevar tanto el embarazo, como el parto, como la mater-paternidad de una forma tan fluida y relajada como lo sentimos nosotros.
Queremos agradecer infinitamente a todo el equipo de matronas de la #casadepartsmartorell y especialmente a Cecilia que asistió nuestro parto y lo que nos transmitió fue indescriptible, gracias por tratarnos con tantísimo cariño, nunca olvidaremos ese día.
Ojalá todas las mujeres se sintieran tan respetadas y acompañadas como me sentí yo.