826

Relato de parto (2018 Torrejón)

T nació en octubre del 2018.

Llevábamos unos días en Madrid esperando a que sucediera porque quería parir en Torrejón y soy de otra provincia. Estábamos muy tranquilos y felices que nos hubiera dado tiempo a llegar.

Un día después de mi fecha improbable de partp, a las 5am, me levanto a hacer pis y noto mucha agua. Se ha roto la bolsa! Me pongo compresa se lo digo a mi chico y nos volvemos a la cama. Él se queda roque, yo un poco nerviosa ya no me duermo, pero me quedo tumbada intentándolo.

Sobre las 6am noto contracciones leves (un dolor como cuando tienes la regla que va y viene) cada 10 minutos hasta las 8,30 que me duermo, y al dormir se pasan.

Me levanto a desayunar y a hacer pasta, tengo mucha hambre.

Vamos preparando cosas y sin contracciones a las 15h llegamos al hospital. Hago el trayecto con un antifaz, para intentar mantener la semioscuridad y también para no ponerme nerviosa con la conducción.

Al llegar comentamos que rompí a las 10am en lugar de a las 5am para ganar unas horas frente a los posibles plazos de protocolo.

En monitores todo bien, nos suben a la habitación a esperar a que se desencadene. Es una habitación individual, donde intentamos echarnos y estar tranquilos, aunque estoy emocionada de ver la cunita, el cambiador y los pañales...

Sobre las 18-19h. empieza alguna contracción irregular ya más fuerte. Sigue doliendo como la regla, más fuerte, y se añade una presión en el ano. Sobre esa hora vienen a intentar ponerme una vía para el antibiótico profiláctico por la rotura de bolsa (no soy positiva en estreptococo ni nada, aunque no me niego porque realmente no lo veo mal en ese momento, iba ya con la idea. Solo pedí que fuera en la parte superior del antebrazo en lugar de en la parte habitual, porque me habían dicho que así me molestaría menos para agarrarme a mi chico o a las barras). Sin embargo son las enfermeras de prácticas y hacen mil intentos sin conseguirlo, y como me agobio y tengo bastante dolor digo que por favor paren y que venga una que la sepa poner.

A las 20h. me llevan a monitores y ya me ponen vía bien con el antibiótico. Ahí ya firmo que no quiero inducción, sino esperar a que pasen 24h de la rotura y ver si se desencadenaba. (El protocolo era empezar a inducir a las 12 horas de la rotura, pero con todo el respeto y tras leer mi plan de parto, me dicen que si no quiero, solo tengo que firmarlo).

Volvemos a la habitación, ceno pasta y nos acostamos para intentar estar descansados.

De 23.00-1.00, empieza la fiesta, empezamos con posturas, la pelota y masajes lumbares. Siempre con la luz apagada y solos los dos. Duele mucho y grito. Me muevo como loca por la habitación sin saber qué postura coger, necesito morder algo, mi chico me anima a probar recostada sobre la pelota de rodillas y es la mejor porque al menos entre contracciones descansaba un poco.

Al oírme gritar, en la planta de maternidad, nos comentan que creen que ya estoy de parto y que debería ir a las salas de parto. Digo que vale pero que aún no son cada 5 minutos (mi idea y la de las matronas era que estuviera en la habitación como si estuviera en mi casa, hasta que llegará el momento en el que hubiera ido al hospital. Cuando llegamos a paritorios, nos dicen que debo seguir en la habitación, que aún están espaciadas (había como un poco de roce entre matronas y las de maternidad, no sé qué ocurría, era como si me fueran pasando de unas a otras). Prefiero seguir sin hacerme ningún tacto y volver a la habitación.

De 1.30 a 3.30am, las contracciones ya son cada 2 minutos, terriblemente dolorosas. Pruebo mil posturas, y al final estoy casi todo el rato de rodillas en el suelo con la cabeza en una almohada sobre el sofá cama del acompañante. Mi pareja me daba masajes en la lumbar. Yo no me podía mover de esa postura porque eran muy seguidas. Para no tener que hablar y pedir tanto, recuerdo que cuando pude le dije a mi chico que me pusiera en una mano el abanico y cerca de la otra el agua y los dátiles y así, iba sirviéndome yo misma, xq las fuerzas eran las mínimas entre contracciones. Sentía al bebé muy pegado a la espalda, como si quisiera salir por el ano. En cada contracción, necesitaba incorporar la espalda, me ponía de rodillas y me estiraba tanto hacia atrás, como queriendo hacer el pino puente, que parecía que me iba a romper. Notaba que el líquido amniótico salía a borbotones con cada una.

Llegó "La Contracción", una en la que la palabra aullar se queda corta. Mi chico se sorprendió, pero es que yo también lo hice. Fue como si no hubiera sido yo.

Pasado un poco más le digo a mi chico que ya es hora de llamar a alguien, pero que por favor fuera una matrona y no las de maternidad. Las enfermeras la hacen venir a la habitación y le digo que ya estoy de parto pero que no me veo capaz de moverme de dónde estoy, que me dijera qué podíamos hacer. Son tan seguidas que me veía tirada en el pasillo de camino. Me dicen que cómo lo vería si me trajeran una silla de ruedas y fuera puesta de rodillas. Y así lo hacemos. El trayecto no era largo pero tengo varias por el camino.

Al llegar a los paritorios oigo que se preguntan entre ellas "a dónde" y dicen: "al 10". Y la otra, "ya directamente?" Y ella "sí, sí". Veo de reojo al entrar que es el de la bañera de partos! ¡Estaba libre para mí! ¡Qué alivio! "Quieres que la llenemos?" "Sí,sí,por favor!".

Pido un tacto porque necesitaba saber y porque supuse que con el antibiótico profiláctico el riesgo de infección era menor. Estaba de 7- 8 cm. No sabía si pensar que era un montón o que era demasiado poco. Aunque iba con la idea de no usar epidural, pregunté si a esas alturas era posible ponerla (quería la walking). Dudaba tanto por lo avanzado del parto como porque no me veía capaz de estarme quieta para el pinchazo. Me dijeron que sí, pero que estando ya tan avanzado, me animaban a seguir :). ¡Ole por ellas!

Así lo hice. Me pusieron segunda dosis de antibiótico y de 4:00 a 6:00 me quedé tumbada de lado, en una colchoneta en el suelo, apoyada sobre mi chico. Pruebo gas de la risa pero es como si no saliera de la bombona, no noto nada. Ese tiempo parece que la cosa se para un poco y puedo "descansar", mientras se llena la bañera que no entiendo cómo tarda tanto, creo que hubo algún problema.

A las 6 me meto en bañera y veo la luz. Allí el movimiento era más sencillo, podía cambiar de postura y el agua calentita me sentaba muy bien. No sé en qué momento comento que el cuerpo me hace empujar, les pregunto si ya debo hacerlo (necesitaba algo de orientación). Me dicen que sí y empiezo a empujar.

Hay varias chicas allí a mi alrededor, una era la matrona, las demás no sé. No hablaban nada, de vez en cuando me decían "lo estás haciendo muy bien", me ayudaban a coger alguna postura en la que empujar con más fuerza, agarrándome las manos o me echaban agua por encima. Quería llorar de lo bien que me trataban. Me ponían monitores inalámbricos cada cierto tiempo y todo iba bien. Con el paso de las horas, pregunto si es normal tardar tanto en el "supuesto" expulsivo. Me dicen que sí, pero estoy muy cansada, no tengo mucha fuerza. Sigo comiendo algún dátil y bebo agua cuando quiero. No sé si para darme ánimos o por qué, pero me dicen que ya se ve la cabecita, pero que cuando dejo de empujar se sube de nuevo, que debo mantener más el pujo, hacerlo más largo, y si hace falta volver a empujar una segunda vez mientras dura la contracción, para que no suba. Me ponen espejo, pero yo no veo nada porque no llevo lentillas (¡¡¡gran fallo!!!), pero mi chico dice que no se veía nada. Aún así, en el momento él me decía que sí para animarme.

Sobre las 9 o así me dicen que igual quiero probar fuera de la bañera, en la silla de partos o de pie, porque igual allí me está costando más. Digo que esperen un poco más. Me dicen que vale, pero que es que se van a cumplir las supuestas 24 horas de rotura de bolsa y en ese momento tendrían que llamar a la ginecóloga por protocolo.

Digo que me dejen un poquito más y no sé si por luchar para que no llegara a venir la médica o qué, pero el bebé corona por fin. Noto mucha tirantez en el periné, pero cierto que es mejor eso al dolor en el ano. En la siguiente contracción sale la cabeza dentro del agua, aún no se le ve la cara, es todo alucinante. A la siguiente todo el cuerpecito con una sensación de gusto increíble para mí. Me ayudan a subirlo sobre mí mientras le desenredan el cordón que venía en bandolera. ¡Es precioso! Tarda unos segundos en llorar un poquito pero le abrazo y se queda agustito sobre mí. Eran las 10:18 am, 4 horas después de empezar empujar… Cuando deja de latir el cordón, lo cortan sobre mí.

Había conseguido mi parto en el agua soñado, sin apenas intervención (quitando el antibiótico).

Me voy a la camilla que hay en la misma sala. Según había leído el alumbramiento activo con oxitocina sintética sí podía estar recomendado para evitar riesgos de hemorragia y como ya no podía afectar al bebé ni al parto, lo pido. Me la pinchan en la pierna y en la cama, mientras T. empieza ya a mamar, comienzan de nuevo las contracciones. Sale la placenta en una especie de segundo parto. Me dejan verla y luego empiezan a apretarme porque parece que tengo un coágulo. Sale uno, más grande que un puño, parece que estaba pariendo un gatito. Toda esta parte es muy dolorosa también, pero tenía a T. sobre mí y además el gas de la risa ahora sí me estaba resultando bien.

Me cosen, por un desgarro. Y nos dejan allí un par de horas antes de llevarnos en silla de ruedas a la habitación, a la que volvemos felices con nuestro bebé por el pasillo, sintiéndome una diosa increíblemente feliz, orgullosa de mi niño y de mi pareja y de todas las madres del mundo.