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Parto en Manises

Mi relato de parto da comienzo el domingo 2 de abril, lo comparto por si a alguien le sirve leer mi experiencia y porque sé que a mi también me servirá.

La noche anterior noté que mi flujo era mucho más líquido, pero al haber tenido mucho flujo durante todo el embarazo no le di mucha importancia, durante el dia siguiente la sensación aumentó y apareció en forma de ligero goteo al estar levantada. En ese momento decidí ir al hospital pese a que al día siguiente tenía una cita de monitores de la semana 41.

Mi idea era tener un parto completamente natural y acceder a la casa de partos del hospital, pero al verificar, una vez en el Hospital que se trataba de líquido amniótico supe que no podría ser. A las 18 de la tarde, no pudiendo decirles exactamente cuantas horas de rotura de bolsa llevaba (ya que sinceramente podrían ser más de 24) me explicaron el proceso que seguían en el hospital y me pidieron permiso para iniciar con prostraglandinas. La bebé estaba bien, y al realizar el tacto vaginal, según la ginecóloga, estaba dilatada de 2cm. He de decir que fue un tacto muy muy brusco y no sé si separaría un poco las membranas (pese a estar y la bolsa rota). Es algo de lo que siempre tendré la duda. No obstante, me cuesta pensarlo pues se mantuvieron muy amables y “explicativas” en todo momento.

Siendo streptococo negativo estaba tranquila, accedi a iniciar en ese momento con el propess, y estuve monitorizada con una matrona maravillosa L, durante dos horas. Con ella pude hablar de la idea de un parto que yo tenía. Me animó bastante poniendome en la mejor situación y explicandóme que estando algo dilatada ya a lo mejor solo con la ayuda del propess podría ser suficiente. No obstante me explicó los pasos siguientes por si ello no sucedía. Me permití preguntarle todo aquello que pasaba por mi mente.

Tras la monitorización, pasamos a la habitación donde a las 22 comenzaron contracciones bastante seguidas pero también soportables. A las doce de la noche expulsé el propes, y al rato las contracciones cesaron. Me quedé dormida intentando no pensar y a las 4 de la madrugada reaparecieron muy fuertes. Me volvieron a realizar un tacto vaginal (siempre respetaron los tiempos) y seguía estando de dos cm. En ese momento la matrona que había me sugirió varias veces que me pusiera la epidural que no sufriese tanto. Saqué mucha fuerza para decirle que todavía no la quería (2cm me parecia muy poco pra haber empezado con contracciones “no naturales”) en su defecto me ofreciò una inyección IM de valium y dolantina. Tras pensarlo y hablarlo con mi pareja acepté y volví a la habitación.

Las contracciones se intensificaron muchísimo en cuestión de 2 horas. A las 8 de la mañana con el Nuevo turno, entraron a ver como estaba y llamaron a paritorio para nueva valoración. Estaba de 7 cm y la verdad me sentí bastante cansanda. Le pregunté a la matrona que quedarí para dilatar hasta 10 y como sería el dolor en el expulsivo. Tras hablar con ella pude decidir que hacer y ahora sí, estando de 7cm y pese a en un inicio no querer medicalizarme, pedí la epidural. El anestesista lo hizo muy bien, estuvieron todos conmigo, la matrona y las auxiliares fueron super atentas. En mi caso la anestesia se parcheo un poco, y seguía notando bastante la parte derecha, pero eso me encantó ya que el dolor desapareció pero podia controlar las sensaciones y tener un testigo de como iba todo.

Se quedó una misma matrona conmigo todo el rato. Que me movilizó en la cama con pelota en forma de cacahuete a un lado y al otro. Finalmente a las 14 me volvió a reconocer y estaba de 10 cm. Me recomendó esperar dos horas más antes de pasar al expulsivo. A las 16 empezamos a empujar, no tuve nada de dolor, el parto fue muy íntimo y pausado, solo la matrona mi pareja, yo y una auxiliar que esperaba. Pude ver todas las fases del expulsivo en un espejo, mi pareja cortó el cordón cuando dejó de latir, y solo me pusieron dos puntos internos.

En general estoy muy contenta de haber podido tomar las deciones de forma consciente, informada y cuando quise. Aunque el parto no sea el imaginado en un inicio, pienso que la informacion es poder, y pese a que podía haber sido de otra forma o haber aguantado un poco más para no ponerme epidural, el estar más o menos informada y poder rechazar una opción o pedirla cuando quise, siendo consecuente con mis actos, me empoderó bastante. En parte, todo ello fue posible gracias a la informaciòn y lecturas que facilita El Parto es Nuestro.