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Nacimiento de A. Noviembre 2009, Hospital Montepríncipe

Mi hija nació en noviembre de 2009 en el Hospital Montepríncipe en Boadilla, Madrid. Tras una noche y un día de pródromos flojitos, que yo no tenía claro qué pasaba, fui a urgencias a última hora de la tarde, un ginecólogo muy desagradable me exploró, me comentó que estaba perdiendo el tapón mucoso pero que todavía estaba “verde”. Me dejó tumbada de mala manera, yo no podía levantarme sola, mi chico vino a ayudarme y le vi sorprenderse y pedir papel, me había dejado el tapón colgando, todo con sangre. Me fui a casa, de madrugada primera contracción fuerte, a las pocas horas me fui al hospital, ya eran más frecuentes y no me sentía segura. Entré como con 2 cm, estaba el mismo “profesional” que la tarde anterior, me dio pánico que pudiese atenderme él en mi parto, pero no. Al parecer no había habitaciones libres, me metieron en una sala de dilatación común, con otra chica y su pareja, ella tenía rota la bolsa. Me hicieron rasurado y me pusieron un enema, con el enema empecé a sentirme fatal, además hacía un calor horroroso y la sala era interior, sin ventilación, el servicio minúsculo. Empecé a vomitar con cada contracción y a marearme, no aguantaba, además me agachaba en las contracciones, en cuclillas, y la enfermera diciéndome que porqué hacía eso, así que dejé de hacerlo. También me dijo que respiraba mal. Al parecer no hacía nada bien. No sé en qué momento me ofrecieron la epidural, llevaba la idea de aguantar lo más posible sin ella, pero dije que vale, fue lo único que me ofrecieron para parar los vómitos. Me subieron. El anestesista también me "regañó" porque en una contracción no me estuve quieta del todo. La anestesia se me lateralizó, sentía el lado izquierdo, aunque menos. Tampoco sé en qué momento me rompieron la bolsa, pero sí que recuerdo que la matrona me dijo que le hacía daño (¡¡yo a ella con mi vagina en su mano!!) porque estaba muy tensa. Creo que no lo dije pero pensé que se jodiera, que era ella la que me estaba metiendo mano.

El resto del tiempo ya estuve tumbada, sin muchos dolores y sin vómitos, en esa sala común muerta de calor que parecía el metro de toda la gente que había: mi familia aunque dije que no quería que vinieran, la de la otra pareja.... Además yo estaba justo enfrente de la puerta, era la primera a la que veía todo el mundo. Tampoco me importó en ese momento, no parecía que estuviera de parto. Me miraron de vez en cuando: matrona, gine, etc. La matrona me decía que tenía que ponerme de un lado, del otro, para facilitar la posición del bebé. Me metieron oxitocina también, cuando pregunté que porqué, que para mejorar la frecuencia de las contracciones o algo así. Tras unas horas, la matrona me dijo que estaba de 10 cm pero que tenía un reborde, que esperábamos, aún no era el momento. Pero justo estaba diciendo eso cuando vino un celador con orden de subirme, le vendría bien al gine supongo, desde luego por allí no se había pasado a verme desde hacía tiempo. La matrona dijo que donde hay patrón no manda marinero. Me subieron a la zona de quirófanos. El gine dejó a mi chico en la puerta, cuando pregunté asombrada, me dijo que entraría cuando el bebé estuviese coronando, que si yo me creía que eso eran dos empujones y ya, eso sí, todo con risilla simpática. Me preguntó si tenía ganas de empujar... le contesté que no, que aún nada. Aun así me metieron en quirófano, que empujase cuando me dijeran. Nada, al parecer eso tampoco lo hacía bien, y lo decían como si yo no estuviese allí, que no sabe empujar (primera excusa). Yo sentía el lado izquierdo y podía mover las piernas, pensé que cómo iba a empujar sin ganas, a día de hoy estoy convencida de que no era el momento aún. Al poco, la matrona (una tía enorme), y el gine decidieron espachurrarme la tripa por turnos, en cada contracción. No sé cuánto estuvieron así. Según ellos la niña bajaba pero volvía a subirse. Los latidos de la niña bajaban mucho en cada una de esas ocasiones, pero al final apagaban el sonido, supongo que para no asustarme. En una de esas me dijeron que si tenía pelvis androgénica y que si la niña no bajaba por eso. Segunda excusa.

Bueno, al final el gine me dijo que eso no avanzaba, que podíamos seguir intentándolo pero que probablemente acabaría en forceps. Llevaríamos a lo sumo 15 minutos nada más, pero tenía miedo, no me veía con fuerzas de seguir así, con esos espachurramientos de tripa y oyendo los latidos de mi hija bajar tanto, además el oír lo de los fórceps me dio pánico. Que si cesárea. Vale, cesárea. Ya salieron a decir a mi chico que algo había ido mal y que no entraría. Cuando me estaban preparando entró la primera matrona, y les dijo que claro, que yo aún tenía un reborde, que no tendrían que haberme subido, pero le contestaron que eso no había influido. Bueno, luego el resto: el susto porque yo aún sentía el lado izquierdo, tuvieron que intentar insensibilizar lo más posible, haciendo pruebas con hielo. Esta anestesista fue encantadora, y les dijo que intentaran hurgar lo menos posible por ese lado, como si fuera posible, me iban a abrir (imaginaos el miedo que tenía ahí, era como una película de terror, pensando que me iban a cortar y yo sentiría todo). Fue bien, la anestesista fue encantadora, me tocaba, me iba contando... el gine explicando a los estudiantes lo que iba haciendo. Pensé que era muy desconsiderado por su parte, porque yo no soy muy impresionable pero que anden contando en esas circunstancias, sin consultarme, las capas que van cortando y tal... Encima en una de esas dijo algo que si la capa grasa que a veces hay más, que a veces menos, que ahora verían cuánta tenía “esta mujer”.

Por fin sacaron a la niña, la vi y recuerdo que dije: "qué grande es mi chiquitina". La anestesista dijo "qué morritos". No se movía, yo pensaba que tenía que llorar, moverse o algo. Resultó que eso estaba lleno de gente, pero no había ningún pediatra. Claro, no estaba previsto que fuese a haber un recién nacido...(ja!) La sacaron corriendo del quirófano. Yo ahí ya me puse muy nerviosa. Oía bebés llorar y yo pensando si sería la mía o no. Empecé a marearme y se me iba la cabeza, me bajó mucho la tensión, empecé de nuevo a sentir el lado izquierdo mientras cosían… Volvió la anestesista, que qué me pasaba, que con lo bien que estaba. Pues que se habían llevado a mi hija, ¿qué me iba a pasar? Me debieron de sedar, en una neblina ahora creo recordar que vinieron a enseñarme a mi hija. Al final me sacaron a reanimación, yo estaba sin mi hija y no me acordaba de que me la habían enseñado. Empecé a llorar como loca, me acordaba de cómo habían bajado las pulsaciones, como se la había llevado… pensaba que estaba muerta o muy mal. Al lado había una madre con su bebé, y las enfermeras diciendo lo guapa que era. Me pareció fatal y me dio una rabia terrible que me hubiesen puesto allí, al lado de una madre que SÍ tenía a su bebé. Empecé con unos temblores tremendos. Ya vinieron a ver qué me pasaba, pregunté por mi hija, que estaba bien pero se la habían llevado a la UCI 24-48 h. Mi gine dijo que era una gigantona (3760 g y 58cm) que por eso no había salido. Tercera excusa. Luego, yo metro en mano vi que eran sólo 52cm, ni medir sabían. La matrona que me había estrujado la tripa me preguntó por qué lloraba: “Porque no me imaginaba así este momento”. Me puso cara de qué esperas, eso te pasa por esperar algo, pero no dijo nada. A pesar de que me decían que mi niña estaba bien no terminaba de creerlo, al final vi a mi chico y mis padres por la puerta y me tranquilizaron. Me pusieron mantas y un chorro con aire caliente y cesaron los temblores.

Ya me subieron a planta, a pediatría porque aunque por fin me habían asignado habitación, como había acabado en cesárea al parecer no me la merecía, no sabían cuándo iba a volver. Alucinante. Lógicamente con un parto sí saben cuánto va a durar y cuándo vuelves a la habitación, ¿no? Querían meterme de nuevo en la minisalita de dilatación-horno. Mi madre la lio y me dieron la habitación en pediatría (todo esto en pleno brote de gripe A, un montón de habitaciones con cartel de infecciosos).

Mi hija estaba en la UCI por “distrés respiratorio inmediato”. Mi chico le hizo fotos con los cables y tubos que le pusieron, así pude verla ☹ Estuve 24 h sin permiso para levantarme, ni comer ni beber, sin mi hija. Me dijeron que si a las 24 horas no me la devolvían ya podía empezar a sacarme leche, no podía ir a verla por la cesárea. Yo inocente pensé que no la iban a dar leche de bote, si no me hacían sacarme es porque no hacía falta, ¿no? pero sí, le dieron biberones como descubrí más adelante, no me lo consultaron (por cierto actualmente sigue con alergia a las proteínas de leche de vaca). Sí me dijeron de darle chupete para que estuviese más tranquila, se lo di. Al día siguiente por la mañana fue mi chico a verla, ya estaba en una cuna normal (siempre he pensado que no hubiese hecho falta llevarla a la UCI, que podrían haberla mantenido en observación conmigo). Que había llorado mucho esa noche ☹ Bueno, eso, que ya estaba bien, que en un rato o esa tarde me la llevarían. Mi chico dijo que de eso nada, que me la llevaban ya o se la llevaba él. ¿No podían comprender que para mí y para ella esas horas eran vitales?? Y si estaba bien, ¿para qué tenerla allí sola?

Nos dieron el alta a los 4 días, nació un jueves y salí un domingo, ya estuvo conmigo y al pecho. En cuanto a la lactancia, me las apañé yo sola, nadie, absolutamente nadie, vino a asesorarme o a preguntarme qué tal. Pero todo bien. Yo podía andar erguida y me recuperaba genial de la cesárea. Sólo un contratiempo cuando se me obstruyó la sonda el primer día, se tuvo que dar cuenta mi madre. También tuvimos movida en el alta, no me daban todos los papeles, en el informe ponía que había nacido por parto vaginal y había tenido un niño. No me fui hasta que me lo cambiaron, pero la pediatra de guardia desnudó a la niña para comprobarlo. Al parecer no dieron ni una con el informe, ya he dicho que también se equivocaron al medir, según ellos las 5 veces, 58 cm, cuando eso lo medía al mes, mes y medio. ¡Cómo me voy a fiar de que realmente necesitase ir a la UCI y menos tantas horas!!

Me fui a mi casa, tuve una subida de leche terrible, las tetas como piedras, yo esa noche llorando porque mi hija no podía ni mamar. Al día siguiente, lunes, empecé a no poder andar, a subirme la fiebre. Cuando llegué a 39ºC llamé a la consulta, que me fuera al hospital. Me dolía mucho-mucho la tripa, andaba doblada, sólo tenía ganas de llorar, me sentía enferma. La gine de urgencias ni me miró a la cara. Me dijo primero que eso era por la subida de la leche (si me dolía la tripa no las tetas), cuando me tocó dijo que no, que sería una infección de orina. Yo he tenido cistitis, muy malas, y eso no era. Me mandó análisis de sangre y orina, salí doblada. Una enfermera me vio, se compadeció de mí, me ayudó a quitarme los zapatos, me dejó tumbarme en las camas de monitores. Nada más verme me preguntó que si eran complicaciones del parto. Al rato me vio tumbada una gine que pasaba por allí, que yo no tenía derecho a estar en la sala de monitores, me bajaron y me sentaron en un sillón. Ya vino, al buen rato, la primera gine, que habían visto en los análisis que era una endometritis, infección uterina, que me ingresaban. Pregunté si podía quedarme a mi niña, sí, menos mal. Ahí ya lloré y repetía que yo ya sabía que no era una infección de orina. Mi madre dijo que se quedaba ella a la niña en su casa y le daba leche artificial. Dije que no, que era mi hija, no me separaba de ella. Bueno, por fin me pusieron un paracetamol en vena, eso no hacía nada. La enfermera de planta cuando pedí algo más me dijo que tenía que esperar a que hiciese efecto. Habían pasado ya dos horas desde que me lo habían puesto y quería morirme del dolor. Mi hermana salió a liarla, otra vez. Vinieron otros dos gines (la que no me dejó estar en la cama de monitores, y otro muy majo, para variar). Me mandaron 3 antibióticos intravenosos y dos analgésicos, también intravenosos, alternos. Eso ya empezó a hacer algo. Me dolía mucho, pregunté si iba perder el útero (miraba a mi niña y sabía que pese a lo mal que lo estaba pasando querría más). Me dijeron que no me pusiera en lo peor, pero no me dijeron que no. Esa noche quise dejar a la niña en el nido, me sentía fatal e incapaz de cuidarla aunque mi madre se iba a quedar conmigo. No me dejaron, que ella ya no era paciente (le pusieron cuna pero no nos querían dar sábanas, tuvimos que ponernos pesados). Me cabreé en el momento, pero ahora lo agradezco una barbaridad, fue lo mejor que hicieron por las dos en todo el tiempo que estuvimos allí, porque así se quedó conmigo y a la teta ☺

Al día siguiente mi gine ya vino. Que él no estaba de acuerdo con el diagnóstico de endometritis (pero entonces no me dijo qué era). Pero como ya estaba con el tratamiento intravenoso no se podía quitar, que estaría tres días más y continuaría en casa oral. No me volvió a subir la fiebre, y a los dos días ya podía levantarme bien de la cama. Las dos primeras noches las pasé retorcida de dolor, sin poder levantarme a hacer pis siquiera. A los tres días me exploró para darme el alta, me seguía doliendo, me dejó un día más. El viernes me dio el alta. En el informe: “fiebre puerperal”. No quise pelear más, porque… si no era endometritis, ¿qué había tenido?, Daba igual ya, me iba a casa con mi niña, 8 días después de la cesárea, por fin.

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