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NACIMIENTO DE JULIA

NACIMIENTO DE JULIA
He querido contar mi historia ya que antes de quedarme embarazada me dediqué a leer ávidamente los relatos de otras madres y partos que me llenaban de ganas, ánimo y, en ocasiones, de miedo.
Mi objetivo es poder ayudar a disipar mínimamente las miles de dudas que nos asaltan antes de embarcarnos en la maternidad.
 

Mi embarazo fue muy bueno, sin grandes sofocos, hinchazones, subidas de peso, hemorroides, etc. Únicamente, en la prueba corta de tolerancia a la glucosa me observaron un pelín de diabetes gestacional, que se confirmó en la prueba de la "curva larga". Pero todo bien, con un poco de dieta y controles glucémicos se controló perfectamente y sin mucha molestia. 
En la revisión del tercer trimestre nos dijeron que el bebé venía pequeño, que había bajado de un percentil 60 en la eco del segundo trimestre, a un percentil 13. Ahí me asusté un poco, a pesar de que todos los médicos nos dijeron que no pasaba nada, y empecé a leer mil cosas en Internet sobre CIR y demás. Nos empezaron a hacer las ecos cada diez días para ir viendo si seguía creciendo y en el mismo percentil, pero yo al llevar una dieta de diabética no engordaba y tenía miedo de que mi bebé tampoco lo hiciera. Pregunté si era posible que por la dieta el bebé hubiera bajado de percentil y me dijeron que era bastante posible.
Así, ya en las últimas semanas de embarazo, sobre la 37, me empecé a saltar con mesura la dieta y parece que volví a la senda de coger un poquito de peso. También andaba una hora todos los días y me mantenía activa. Me ponía en la pelota y hacía los ejercicios kegel y de periné.
 

En la última revisión de peso de la semana 40 me dijeron que el bebé seguía en torno al percentil 9 o 10 y que por la diabetes gestacional me tendrían que inducir el parto. Esto me lo dijeron un viernes. La inducción sería al día siguiente sábado. La noticia nos sorprendió y me asustó un poco, ya que no nos esperábamos que me tuvieran que inducir el parto (tenía esperanza de que al final fuera natural), aunque era una posibilidad que me fueron exponiendo desde el diagnóstico de la diabetes gestacional.
Así, el sábado ingresamos a primera hora. Me pusieron una vía, monitores y vieron que no había movimiento. Me dieron una habitación y me pusieron el tampón de prostaglandinas para ablandar el cuello uterino y comenzar las contracciones de forma progresiva. Yo me movía por la habitación y el hospital para ayudar a que el proceso se desencadenara, pero nada. Pasaron 12 horas y no sentía nada. Me hicieron un tacto y no había ningún movimiento. Nos dijeron que a la mañana siguiente, si por la noche no se había desencadenado, habría que pasar a poner la oxitocina. 
 

Pasé la noche un poco nerviosa, dormí más o menos y a las 7 de la mañana (o antes) me trajeron el desayuno y me dijeron que me preparara para ir a la sala de dilatación. Me duché, me puse la bata de la dila y fuimos hacia allí. Yo nerviosa pero contenta.
Cuando entramos en la sala de dilatación me pusieron oxitocina en poca cantidad. Y las bandas de los monitores todo el tiempo en la tripa ya que era un parto inducido. Se veían contracciones irregulares y yo no sentía ningún dolor. Pedí la pelota para ayudar con el movimiento y mientras veíamos la tele con una tablet que había en la sala. Durante cuatro o cinco horas vinieron un par de veces a hacerme un tacto (todos bastante sutiles sin mucha molestia) y a subirme un poco la oxitocina, hasta un tope en el que ya no puede haber más contracciones para que el bebé oxigene bien. 
Nos dijeron que no había movimiento en mi cuello y que el último paso antes de la cesárea era la rotura de la bolsa. Aunque en el monitor se veían las contracciones regulares yo no sentía ningún tipo de dolor, por lo que no estaban siendo nada productivas y yo seguía con todo cerrado.
Yo casi estaba mentalizada de que iba a ser cesárea. No me hacía gracia pero en ese momento la verdad es que solo quería ver al bebé y no tenía mucho miedo.
Me rompieron la bolsa sobre las 13h (esto sí me molestó un poco), con bastante dificultad la matrona ya que estaba todo cerrado, y me puse en la pelota otra vez para ayudar. 
Poco a poco, y en cuestión de minutos, cada contracción que venía la empezaba a sentir y cada vez más, empezaban a doler. Ya estaba en marcha.


A la dos horas, serían sobre las 15h de la tarde, ya empezaba a no poder hablar mucho y a dolerme bastante (al tener la oxitocina eran contracciones bastante dolorosas y seguidas). Me hicieron un tacto y estaba de 2 cm. Me dijeron que iba bien la cosa. A mí ya me dolía bastante y me dijo un enfermero que si quería ya la epidural. Tenía miedo de que parara el proceso de dilatación, aunque las matronas me aseguraban que no, ya que la oxitocina no la generaba mi cuerpo e iba a seguir haciendo efecto por el goteo. Así que me la puse.
Me pincharon y aguanté bien los envites de las contracciones. Me tumbaron en la cama y me dijeron que ya me tendría que quedar tumbada. Se me fue pasando el dolor solo del lado izquierdo, el lado derecho seguía teniendo plena sensación de dolores y demás. Me vinieron a poner un poco más y seguía sintiendo todo en un lado. Me tumbé de lado y empecé a meterme en lo que llaman el "planeta parto" ya que solo me concentraba en el dolor con los ojos cerrados. De vez en cuando me venía alguna arcada del dolor. 
Cada vez más, me tenía que ir recolocando las bandas porque se perdía el latido, ya que mi bebé iba bajando. 
A las tres horas más o menos, sobre las 18h volvieron las matronas a hacerme un tacto. Yo calculé que iba a estar de unos cuatro o cinco centímetros, ya que dicen que es un cm a la hora... Y me dijeron que estaba en completa! Que en una hora volverían para ponerme a empujar, así que mi marido se fue un momento a tomar algo a la máquina... Casi se lo pierde! En la siguiente media hora yo notaba que las bandas me las tenía que recolocar cada vez más, así que llamé a las matronas y me dijeron que mi bebé ya estaba preparada para nacer. Llamamos a mi marido mientras se preparaban y llegó a tiempo.
 

Me pusieron de lado (ahí ya no sentía nada, tampoco dolor en el lado derecho ni sentía las piernas) y luego boca arriba con las piernas en los cabestrillos y me puse a empujar. Las matronas me dirigían los pujos. En unos 5 o 6 empujones, unos 15 o 20 minutos mi bebé ya había nacido! Nació sobre las 19h de la tarde. En cuanto la vi, todo se hizo real, hasta el momento era una idea en mi mente, un deseo, un pensamiento, pero en ese momento en el que la vi todo se materializó de golpe.
Nos dejaron cortar el cordón y me pusieron al bebé sobre el pecho hasta las 22h por lo menos. Yo no había sufrido casi desgarros, ni me había cansado y me dieron dos pequeños puntos.
 

Mi bebé pesó 3,020 kilos, y midió 48 cm, no fue muy pequeña, cosa que me alivió muchísimo, ya que en la última eco el peso estimado era de unos 400 gramos menos y mucho más pequeña de talla (las ultimas ecos no son muy fiables...).
 

Quería relatar mi experiencia ya que tenía un poco demonizada la inducción del parto (evidentemente tiene sus riesgos y complicaciones y no se debe programar a la ligera, cosa que creo que pasó en mi caso) pero salió todo muy bien y el proceso de dilatación y nacimiento fue de unas 5 horas. También tenía miedo a la epidural y también salió muy bien. Les agradezco mucho el trato a las matronas ya que fue exquisito en todo momento y muy respetuoso. Hicieron todo lo que pudieron para evitar la cesárea y lo consiguieron. Sentí que en todo momento estaba en manos de profesionales.
También me siento muy orgullosa de mí, es un proceso que ha cambiado en cierto sentido la percepción de mí misma y que me ha dado poder.


Mi conclusión final es que podemos ir con miedos y angustias, es normal, y debemos ir informadas a nuestros partos, pero es muy importante que tengamos claro que, incluso en partos inducidos, nosotras sabemos traer al mundo a nuestros bebés y ellos saben nacer.