Mi parto en Torrejón
He vivido hasta los 27 años en Torrejon y viviendo en Madrid cuando me quedé embarazada a los 36 no dudé en volver allí para parir. A mi me aterrorizaba el parto, hacer algo mal y que mi bebé o yo sufriéramos. Ahora vivo muy cerca de la Paz y le dije a mi chico, a la menor cosita que veas que va mal en el parto con la niña, por favor me sacas de allí y directos a la Paz. Porque está claro que para neonatologia es el número 1 sin dudar.
Pero mi embarazo fue de esos embarazos buenos. Bien las analíticas, las ecos, mi peso, el del bebé.. todo parecía indicar que el parto no sería de riesgo. Aunque yo me preparé mucho para lo que tuviera que pasar. Hice mucho deporte, comí bien y me informe mucho, fui a fisios para trabajar el periné y que me enseñasen a empujar.
Yo quería recordar mi parto bonito (lo más bonito que se pudiese), pero quería parir en un hospital y sabía que en algún momento querría la epidural (en Torrejon ofrecen analgesia de menos a más)
Todo el embarazo lo llevé allí. Tuve algún susto de primeriza y fui siempre a urgencias ante la duda. El trato allí fue espectacular. Yo decía, perdón si no es nada, pero me asusta este dolor o esta sangre… y los obstetras, gines y matronas nos trataban con un respeto y cariño que recordaré siempre. En todas las consultas y en todas las visitas de urgencia.
El parto fue una experiencia similar, lo cuento desde un recuerdo tan tranquilo y bonito de sentirme cuidada, respetada y escuchada.
Entramos por urgencias después de una noche de contracciones de riñones y ver que sangraba. No estaba de parto aún pero en monitores me dijeron que como había sitio y había sangrado, me dejaban ya ingresada. Algo que agradecí porque la habitación era como estar en casa pero sabiendo que al otro lado están el equipo de matronas.
Por el motivo que sea no dilataba, me tiré más de 12 horas con contracciones irregulares cada 2-4 minutos y sin epidural. Tenía la pelota, caminaba, me preguntaban siempre si quería que me mirasen como iba la dilatación. Pasaban de vez en cuando a verme a ofrecerme agua, comida (ya no recuerdo si comí o no… creo que algo sí, pero que mi chico comió lo que yo dejé) Me ofrecieron óxido nitroso, que a mí no me hizo nada. Y rompí bolsa a las 6 de la tarde. Tras 3 horas más el equipo volvía a cambiar y me avisaron que no estaba dilatando y que en 12 horas debía parir. Que se me notaba agotada (llevaba casi día y medio con contracciones) y que me recomendaban la walking, oxitocina y dormir “porque lo fuerte vendría al empujar”.
Me pareció buena idea, porque estaba realmente agotada. Me pusieron la walking y me dijeron que si necesitaba la epidural normal subirían la dosis. Les costó un par de intentos o tres (yo no noté nada o no lo recuerdo) pero me la pusieron fenomenal. Yo me aseguré de decirle si aún notaba algo y la anestesista lo repitió hasta que le dije que no notaba nada. ¡¡¡Y vaya si lo agradezco. Incluso me dormí!!!
Ahora las contracciones eran como un dolor de regla, notaba cuando llegaban y aún me podía mover. Entraron varias veces entre la noche a subirme la oxitocina y un poco la epidural y me preguntaban si podían ver cómo estaba de dilatada. Todo iba bien.
A las 9 y pico llegó el cambio de turno y el momento de ponerme a empujar porque ya había dilatado 10cm creo recordar. Estaban una ginecola y una matrona. Mi niña estaba monitorizada y su pulso era muy constante cuando empujaba. Al parecer estaba muy muy arriba y menos mal que practiqué pujos, respiración y sentía el cuerpo gracias a la walking, porque estuve cerca de una hora empujando como si me fuese la vida en ello.
Que puedas estar en la misma habitación todo el tiempo te da mucha calma. El equipo me felicitaba y animaba por cómo lo hacía. Me sugerían posturas, pero me dejaban decidir cómo ponerme. Cuando eres primeriza no sabes bien que hacer pero al final encuentras el modo.
Mi chico estuvo a mi lado en todo momento, me ofrecieron un espejo, pero yo no pude mirar, solo quería empujar y que saliese, estaba agotada.
Y llegó mi bebé, preciosa, me la pusieron encima y creo que me pidieron que empujase para alumbrar la placenta, pero estaba flipando tanto, que eso ya no lo recuerdo, solo que la vi encima de una mesa y me preguntaron si quería pinzamiento tardío. Dije que sí. Me cosieron un par de puntos de un mini desgarro (la verdad no lo noté mucho después, debió ser pequeñito) y se fueron.
Estuvimos mucho rato los tres tranquilos. De vez en cuando pasaban para preguntar si necesitábamos algo. Me ayudaron a que se enganchara al pecho, pero yo no quería lactancia materna (algo que luego me he planteado que no hice por miedo a pasarlo mal). La verdad no estaba segura de que hacer y me dolió bastante ese momento. me dijeron que ellas me ayudaban pero que era mi decisión y pedí la pastilla allí.
Estuvimos dos días ingresados en planta, también solos, super bien atendidos. No puedo decir otra cosa, porque la verdad salir del hospital fue el primer momento de pánico de “ay madre que nos vamos a casa sin ayuda”.
Les escribí y llevé regalos unas semanas después porque la verdad, les agradezco a todo el equipo del hospital que mi recuerdo del embarazo, parto y postparto inmediato sea tan agradable. Y mi chico siempre me dice que él también tuvo esa sensación como acompañante de todo el proceso.
Veo que ahora el hospital está teniendo muchos problemas con la falta de inversión y personal y me apena, porque era un referente en parto respetuoso y espero que sepan valorar lo que tenían y no se lo carguen.