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Mi historia de parto en casa

Nos acostamos el dia 9 de Abril cerca de las 12 de la noche, sin saber que esa misma noche me pondría de parto.

Son las 3:25 de la mañana, estoy boca arriba y me muevo hacia el lado izquierdo, en ese mismo momento siento y escucho como si una membrana se rompe en el bajo vientre, es la bebé, que está respondiendo al código de vida que le india que es el momento de nacer, he roto aguas.

Nos levantamos y preparamos el salón como teníamos previsto.. encender la estufa de leña, encender las velitas, barrer y fregar el suelo, bajar las toallas y gasitas... sé que las ocntracciones-expansiones pueden comenzar de un momento a otro o comenzar en horas.. Así que nos acostamos de nuevo.

No pasaron 10 minutos desde que nos fuimos a la cama cuando comienza la primera contracción-expansión. Nos levantamos enseguida, tumbada es la peor forma de vivir esa sensación.

Bajamos al salón, lo único que se escucha es al ruiseñor que canta durante toda la noche. Él me acompaña. Fueron viniendo las contracciones bastantes seguidas, la postura que me pedía le cuerpo era sentada en el filo del sofá y cuando sentía que venía me arrodillaba en un cojín sore el suelo y me apoyaba en una silla, esto cuando todavía podría pensar y reirme entre un viaje y otro.

Hasta las 6 de la mañana estuvimos en la misma sintonía, se me hizo corto el tiempo...

A esa hora llamamos a mi madre (la doula original) y a mi tia Antonia que estaba con ella, sobre las 7 llamamos a la matrona. Le explicó mi compañero cómo iba y quedamos en llamarla un rato maś adelante.

Una de las cosas que también teníamos organizada era de llenar el jacuzzi, así que mi pareja fue a prepararlo, en una hora estaría listo.
Las contracciones y expansiones de mi útero cada vez se hacían más intensas. Respiraba y espontaneamente me salía el sonido Aaa cuando exhalaba.. Quienes estaban presente decían que cantaba.

Podía sentir como una fuerza se apoderaba de mí, y yo simplemente la dejaba, sabía que yo no paría, sino que la vida, el código de vida, estaba pariendo a través de mi. Se me saltan las lágrimas en este mismo momento, aún impresionada del proceso de parto.

Son las 8:30 de la mañana, aún hace frío fuera por lo que decido aplazar el ir al jacuzzi, ya que está en otro recinto, e ir más tarde cuando el sol calentara. Ya empiezo a estar soñolienta entre cada contracción, y lo que me gustaría es acostarme y dormirme. Me apetece estar en agua, así que llenamos la bañera, y me meto en ella, sin saber que 5 horas después saldría de ella con la bebé en brazos. Fué maravilloso sentir como el 90% del dolor de las caderas desapareciera, sentí un alivio inmenso, solo estaba la sensación de la contracción que venía del mismo útero, por donde se estaba expandiendo para dar paso a la criatura.

2 veces hice el intento de salir para irme al jacuzzi, pero el dolor se multiplicaba al salir del agua, así que allí me quedé. Tumbada en la bañera, y durmiendo entre cada contracción, respirando hacia mi útero.. Estoy explicándolo lo mejor posible, pero me doy cuenta que dista demasiado de la realidad, no hay palabras para definir lo que se siente pariendo..

Sobre las 10:30 llegó la matrona, y solo observaba. Gracias.

Una solo se tiene que abandonar al proceso, ya que te da los recursos necesarios para que todo sea un éxito, sabes lo que tienes que hacer, sabes cómo respirar (no es necesario que lo aprendas antes) sabes que es el mismo código para las mamíferas, las humanas y las no humanas, y en ese momento te diferencias bien poco de cualquiera de ellas.

Hay un momento que siento la necesidad de moverme, estoy próxima a la dilatación completa, son las 12:00 del medio dia. Me pongo de cuclillas en la bañera y pronto hay un cambio de actitud que indica el comienzo del descenso de la bebé. Me siento protegida, me siento cuidada, mi pareja me echa cacitos de agua caliente por la espalda. Es el momento en el que con cada contracción siento la necesidad de empujar, con una fuerza inexplicable. Realmente sentia el deseo de la llegada de la siguiente contracción.. Pude tocar la cabeza y notar cómo desdendía, estaba deseosa de poder tocarla más cerquita..

Se acercaba el momento del nacimiento.

Una bebé estaba siendo parida, por su madre, que la estaba pariendo, y a su vez yo había sido parida por mi madre, que había sido parida por su madre, que paría.. así hasta las memorias más lejanas de los mamíferos.. y todo esto estaba presente mientras a través de mí, estaba naciendo esta niña.

Fué maravilloso sentir cómo se acercaba a la salida, sentir el aro de fuego del que tanto había escuchado hablar a otras mujeres, mientras su cabecita iba ocupando mi mano, ya fuera. Salió su cabecita,y en la siguiente contracción su cuerpo se escurrió, nació Flavia. En ese momento la puse sobre mí, ella lloraba.. contaba su propia historia de nacimiento.. ahí nos quedamos un ratito (hasta ese momento no supimos que era una niña).

Fuimos al sofá unidas las tres, la bebe, la placenta y yo.
Al cabo de una hora di a luz a la placenta y entonces cortamos el cordón ya dormido. Sin prisas, sin ruidos, sin colirios, sin intervenciones, sin ecografías, sin separación. Con amor, con protección, con sonidos maravillosos, con confianza..

Estuvimos 4 días desnuditas las dos, en brazos, solo cubierta de una gasita. Olía a gloria bendita, huele a gloria bendita. Han pasado 15 días y aquí está en mi regazo. Es maravilloso. Es un regalo.

Doy gracias a todas las mamas que han escrito sus historias de parto que tanto he leído, ahora escribo mi historia, aunque solo es eso, una historia.

Animo a todas las hembras a confiar en los procesos de la vida en general y en particular en el proceso de parto, son siempre procesos perfectos.