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Historia de Irma. Nacimiento Juan Carlos

Soy Irma Gonzalez, mi primer hijo Juan Carlos nació el 17 de septiembre 1992 en Guadalajara, Jalisco, Mexico, en el Hospital Mexico-Americano por medio de una cesárea que por instinto creí innecesaria y 11 años más tarde pude confirmar que así fue....

Esto empezó hace mucho, mucho tiempo. En enero 1992 traté de quedar embarazada y al primer intento a fin del ciclo supe que fue positivo por una prueba de sangre, yo tenía 21 años entonces, por los motivos que sean siempre me gustó oír las historias de mis tías y amigas de la familia cuando contaban sus vivencias con respecto al nacimiento de sus hijos, porque los de mi mama eran vaginales pero complicado por su RH negativo (de hecho, ella sufrió de una supuesta eclampsia, después de mi nacimiento que le causó un paro cardiaco-respiratorio a los 21 años de edad, estuvo inconsciente varios días en terapia intensiva porque además al finalizar el parto sufrió de convulsiones. No nos conocimos hasta varios días después, una semana para ser exactos. Mi papá cree que fue un exceso de anestesia lo que provocó el problema, porque ella no tuvo complicaciones graves durante el embarazo, ni se le diagnosticó nunca preeclampsia, tal vez inconscientemente eso me ha hecho buscar que en mi experiencia personal las cosas vayan lo más natural posible); y siempre me gustó saber que no todos los partos eran de riesgo. Desde muy joven, aún antes de casarme y me casé a los 19 años tuve la ilusión de tener un parto vaginal y en lo posible sin drogas.

Mi fecha probable de parto fue el 22 de septiembre, en aquellos días el padre de mi primer hijo, Juan Carlos quien ahora es un joven de 16 años de edad, trabajaba para la Banca y entre las prestaciones estaba un servicio médico privado, que como todo tiene sus muy amplias ventajas como el no tener que pagarlo tú y estar en las mejores manos y con las “mejores atenciones”, y las desventajas de los abusos de los médicos y sus intervenciones, sabiendo que el pago estará asegurado.

Busqué un ginecólogo, que me fuera accesible para trasladarme, y con cierto renombre, no más conocerme me dijo que lo más probable seria que mi embarazo terminase con una cesárea por que yo soy muy bajita (mido 1.50 cm) y entonces sólo pesaba 40 kilos, el padre de mi hijo media (1.78 cm) y él creía que el bebé seria más bien grande. Yo le expuse que no me gustaría empezar con esa idea sin que viéramos cómo transcurrían las cosas, además era mi primera visita..…comencé a los 4 meses con un curso de preparación para el parto, con técnicas varias de relajación y respiración, pero la misma instructora nos hizo conscientes de que los índices de cesárea cada vez eran más “altos” y entre líneas dejó ver que muchas veces innecesarias pero en aquellos días y aún hoy tú no puedes imponer tus reglas porque desde luego te inyectan un miedo terrible de que ellos no se harían cargo de ninguna mala práctica o complicación por negligencia.

Para colmo de males, pasado los 3 meses comencé a sentir cierto dolor en un costado pero yo me sentía bien, el resultado de los análisis fue Hepatitis tipo A.

Entonces fue tremendo susto para nosotros y para el gine, la razón perfecta para que me calificara el embarazo como de alto riesgo. No obstante, me recuperé en 25 días, se fue el color amarillo de los ojos y la bilirrubina no llegó a limites alarmantes (lo sé por las 3 tomas de sangre por semana que me tomaban) eso sí, el reposo me hizo ganar peso ya era 47 kilos (en 5 meses 7 kilos) y el día que ya me encontró la sangre sin rastro de bilirrubina me dijo que era muy sana y fuerte que me repondría muy rápido de la “cesárea”….. como aprovechó cada momento para poner la mente a tono para que llegado el día…. ya estuviéramos mentalizados…. mi ex pareja me apoyaba pero a él prácticamente le daba lo mismo y yo le parecía más bien necia por seguir con mi insistencia de parto vaginal….

Estaba ya pasando los 7 meses cuando en la ecografía el radiólogo me dijo que mi bebé se veía “grande” pero sano y en buenas condiciones, el hígado de tamaño normal, que la hepatitis no le había alcanzado……. Pasando los 8 meses recomendó una polimetría, ahí fue donde ya confirmó su “oda a la cesárea” lo que siempre me temí tienes una “desproporción cefalo-pélvica". Le pedí que me lo explicara con detalle aunque sabía a lo que se refería, pero sobre la radiografía, y así lo hizo, me dijo que el diámetro de la cabeza era mayor a mi cavidad pélvica…y que las partes del cráneo de mi bebe ya se estaban encimando que sería un parto muy largo, arriesgando a que mi cuerpo reaccionara con alguna complicación y que no podíamos olvidar la Hepatitis tipo A por la que habíamos pasado 5 meses atrás.

Cuando le comenté a Lolita, la instructora, los comentarios de mi ginecólogo, me dijo que no valía la pena correr riesgos, y cuando directamente le pregunté si ella veía la desproporción, me dijo que los huesos pélvicos están hechos para abrirse a la presión del paso del bebe, lo que no se podía asegurar era que tan largo sería el parto…. En concreto me aconsejó no contradecir al ginecólogo… Entonces ya sólo me quedaba la ilusión de sentir las contracciones que me avisarían que llegó la hora, pero en la cita semanal que tenía con el gine hacia la recta final el día 15 de septiembre me dijo que ya tenía muchas contracciones (no dolían nada, ahora sé que eran las de Braxton) que tenía el día siguiente para descansar lo máximo posible porque el 17 a primera hora me haría la operación… Porque eso era una operación para interrumpir el crecimiento de mi hijo que ya era MUY grande para mi tamaño. Estaba de 39 semanas y me consolaba saber que se consideraba a término (cabe decir que su urgencia no era mayor porque el día 16 de septiembre se festeja el día de la Independencia de Mexico. Es día de asueto, casi nadie trabaja, de lo contrario Juan Carlos habría nacido aun antes….).

El 17 septiembre a las 7 a.m. llegué al hospital, me canalizaron, me rasuraron la zona púbica, me pusieron un enema que me causó ir y venir al cuarto de baño varias veces arrastrando el suero (¿¿¿¿¿no lo podían poner después de terminar todo su proceso preoperatorio?????)

Finalmente llegó una camilla por mí como a las 8.30 a.m. me llevó al quirófano. Aquel lugar era frío, blanco, con unas lámparas enormes encima de mí, un reloj muy grande que aún recuerdo donde me distraje tratando de estar alerta para saber la hora exacta en que "nacería" mi hijo…. Mi pareja estaba conmigo… Después de ponerme la epidural “un poco mas alta que lo que se utiliza en el parto” afirmó haciéndome sentir que de hecho no estaba viviendo algo tan lejano a un parto… al las 9:40 a.m. nació mi hijo.

Yo me sentía muy contenta, y he de decir que el médico siempre fue correcto. amable y cariñoso, pero eso sí un total partidario de cesárea. Él mismo me dijo: yo soy famoso por “Cesarero”, pero nunca he tenido que ver a un bebé con falta de oxigeno porque se pase un parto…. Esas palabra cuando eres joven te hacen creer que estás haciendo lo correcto, que él sabía lo que hacía y que por algo era un profesional…..Vi a mi bebé por unos segundos, él dejo de llorar cuando me lo acercaron y le pude hablar, noté que reconocía mi voz y abría sus ojos como buscándome. No lo pude tocar, me tenían atadas las manos con vendas a unas extensiones laterales de la cama del quirófano, para evitar que por reflejo vayas a meter la mano (¿¿¿será que uno actúa por instinto e intuición en esos momentos???). Se lo llevaron al pediatra, dijo que estaría en observación por 24 hrs. para estar seguros que no tenía alguna subida de bilirrubina por mi antecedente de hepatitis. Lo dejaron en una incubadora en el cunero que en España se llama el NIDO.

No lo volví a ver hasta la mañana siguiente donde les pedía que por favor me lo trajeran porque le pensaba amamantar y no quería que tomara otra leche. Me aseguraron que sólo tomó un suero con glucosa. Esa mañana del 18 de septiembre yo ya tenía el pecho lleno de leche, lo que me regresó un poco de tranquilidad porque algo me decía que mi hijo habría nacido por esos mismos días, ya que mi cerebro estaba muy al tanto de la necesidad de leche a pesar de la separación de 24 horas y la cesárea.

Tengo que decir que Juan Carlos solo peso 2,900 y midió 50 cm y que se perfectamente que habría nacido vaginalmente….
Aunque por mucho tiempo sentí un dolor y una decepción grande por no haber logrado parirlo yo misma ni haberlo podido intentar siquiera, estaba feliz de que a pesar de la cesárea, la separación, el “No contacto” en sus primeras 24 horas de vida y no haber sido mi leche su primer alimento.....no hubo ningún problema con la lactancia "pura" de 9 meses. Eso nos unió mucho y qué bueno que fue así porque él no tenía ni 2 años cuando mi relación con su papá terminó…y Juan Carlos fue todo para mí.

No mucho tiempo después llegó Pablo, mi actual pareja, a mi vida, quien ha sido la figura paterna de Juan Carlos y con el que después de 11 años de una cesárea INNECESARIA pude dar a luz, por vía vaginal a mi segundo hijo, Dante Emmanuel.