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El nacimiento de Carmen. PVDC

Ya ha pasado un poco más de la cuarentena y llevo tiempo deseando poder brindaros mi experiencia en un pvdc. No he tenido apenas tiempo, pero ya voy a sacar tiempo pues no quiero olvidar ningún detalle y emociones.

Para que entendais un poco mis sentimientos, os relato brevemente mis dos primeras experiencias de embarazos.

Hace casi 4 años si no recuerdo mal buscamos nuestro primer bebé, pero el destino me trajo mi primera desilusión, a las siete-nueve semanas el ginecólogo nos dijo que no había latido y que se trataba de un huevo huero (no existía embrión); con lo cual a la semana mi cuerpo lo empezó a expulsar y fué un día de año nuevo a las seis de la madrugada cuando me desperté para ir al baño y descubrí un gran sangrado. Fuimos a urgencias y me hicieron un legrado.

Esperé los meses necesarios para volver a intentarlo, a los 4 meses quede otra vez embarazada!. Esta vez todo fue bien durante todo el embarazo, excepto el último mes, que empecé a hincharme y a retener mucho líquido. El ginecologo en mis revisiones no apreció nada raro, la tensión estaba bien, algo elevada, pero normal.

Este embarazo lo llevé desde el principio con mi ginecologo privado y por la seguridad social (más bien, por recomendaciones de mi familia política, ya sabeis, típicos miedos que la gente te traslada, que si pasa algo la S.S es mejor, tal y cual). el error principal bajo mi punto de vista fué este; ya que sólo estaban consiguiendo infundarme miedos y preocupaciones sin querer ni darse cuenta. El día que cumplí 40 semanas fue a urgencias del hospital costa del sol porque en monitores me habían detectado la tensión un poco alta(13:9-14:10), y en un análisis de orina me detectaron preeclampsia leve. Decidieron inducir el parto ya que estaba cumplida. Este fué mi segundo error!, luché contra mi suegra y mi marido en ese momento para huir de allí; quería hablar con mi gine de confianza al día siguiente y entonces decidir. Pero me dejé vencer por los miedos que ese día me metieron mis familiares sobretodo. Nunca sabré y no me perdono el no haber confiado en mis instintos y haberme ido; ya qe como mas tarde me comentó mi gine, el no hubiese inducido, me hubiese mantenido bajo control una semana y ver si me ponía de parto de forma natural. Como os podeís imaginar, aquí llegó mi segunda gran desilusión, y la que me marcó para siempre: 30 horas para dilatar en completa, contracciones dolorosas por la proglandastina y oxitocina sintética, epidural que no hace efecto, y cuando estoy dilatada de 10 cm me dicen que el bebé está muy alto y acabo en cesárea!.

El postparto no paraba de llorar y de preguntarme porque no había podido tener una experiencia de mi primer hijo bonita como miles de las que escuchaba alrededor, además para colmo se me infectó con un seroma y estuve fastidiada.

Todo esto me afectó tanto, que estuve a punto del divorcio con mi marido, por no perdonarme lo que en aquel momento pensaba como una manipulación por parte de su familia, y lo peor por no haber tenido la valentía de hacer lo que yo deseaba sino delegar las decisiones importantes en otros.

Relato de PVDC:

Dos años más tarde buscamos un nuevo bebé.

Esta vez todo era distinto, estaba bien informada gracias a este foro, había investigado por internet, hablado con Inma Marcos, con doulas, había leído montón de relatos de pvdc y estaba animada y dispuesta a que todo saliera según mis expectativas.

Desde el principio, no comentaba nada a mis familiares de las revisiones ni hablaba nada con ellos, cuando me preguntaban siempre todo estaba muy bien, no quería repetir la misma influencia que en mi anterior parto, hacía pelota de pilates, caminada una hora diaria, me daba ánimos todos los días, y el último mes, tomé una homeopatía que me recomendó la matrona para dilatar mejor y más rápido, y hablaba positivamente con mi bebé repitiendo una y otra vez lo vamos a conseguir!. Era muy positiva.

Por miedo a llegar muy pronto al hospital, y que por tener una cesárea previa, no respetaran mis tiempos para dilatar, contraté acompañamiento para la dilatación en casa con opción libre de si ese día me animaba dar a luz en casa.

Llegó el día tan ansiado, el día que cumplía 40 semanas (ya llevaba una semana dando signos de preparto), la noche de antes fuímos al cine y allí tomé chocolate para estimular ponerme de parto, ya allí empecé con contracciones pero no eran dolorosas. Unas horas después, a las 3 de la madrugada me despertó la primera contracción dolorosa, no me lo podía creer!!,estaba tan tranquila!, y como no sabía si esto iba para largo, le dije a mi marido que se quedara durmiendo, que yo bajaba abajo al salón. Las contracciones eran cada 20-30 min pero no eran regulares y bastante soportables, con lo cual pude echar cabezadas entre contracción y contracción.

Empecé a controlarlas, y cuando ya eran más seguidas, sobre las 7 de la madrugada decidí meterme en la bañera con agua calentita para ayudar al dolor y avisar a la matrona que me iba a acompañar. La matrona pensó que no estaba de parto, pues tardó bastante en llegar; llegó a las nueve de la mañana, me exploró y me dijo estas de 5cms largos, entonces decidí irme al hospital pues tardaba 40 min en llegar, y el dolor ya era bastante agudo. Como he dicho, sobre las siete de la mañana, me metí en la bañera con agua calentita para aliviar el dolor y dilatar así más rapidito. Cuando salí, las contracciones eran muy intensas y cada cinco min aproximadamente. Eran tan intensas, que me dejaban casi sin respiración, pero yo no paraba de respirar tal y como nos habían enseñado las matronas. Salí con ayuda de mi marido de la bañera, me puse el pijama, vestimos a mi hijo mayor y lo llevamos a la guardería. Yo estuve muy tranquila hasta ese momento, a partir del cual empecé a desesperarme por llegar al hospital, sólo quería aliviar ese dolor; sólo pensaba en la epidural.

El trayecto al hospital fué lo mas difícil, pues sentía cada vez más una presión en el ano, la cabeza de mi bebé estaba bajando, pero yo no sabía ni podía imaginarme que lo que me avecinaba iba a ser tan fácil, aunque siempre venían a mi cabeza los miedos por mi anterior experiencia. He de reconocer que aunque estuve todo el tiempo desde que llegué al hospital acongojada, siempre intentaba distraer mi mente para no dejarme llevar por pensamientos negativos y luché contra mi misma y mis miedos.

Cuando ingresé al hospital, a las 10:30 h, el dolor de las contracciones eran tan intensas que casi me dejaban sin respiración, pero siempre me ayudaba pensar que dentro de poquito iba a tener a mi bebé en brazos y que ese dolor era un sufrimiento necesario para ayudar a mi bebé a nacer y que yo podía conseguirlo, que esta vez si iba a parir.

Me ayudó mucho el libro “El dolor del parto, de Verena Schmid”, os lo recomiendo mucho.

Al explorarme la matrona estaba de 7 cm largos, no me lo podía creer!!, pedí la epidural y que me pusieran en la silla de partos en la posición más vertical posible para ayudar a mi hija a bajar y nacer lo antes posible. a las 13:00 llegó mi ginecólogo me exploró, me dijo que todo iba muy bien encaminado y que iba a proceder a romper la bolsa y que me pusiera de lado y con cada contracción empujara.

He de decir, que en el hospital dónde parí, lo hicieron estupendamente, me pusieron fenomenal la epidural, me hizo efecto casi al instante, y me quedé en la gloria; lo único molesto fue que me dieron temblores por todo el cuerpo la primera media hora aproximadamente. un efecto secundario de la anestesia.

Volviendo al tema; cuando me rompieron la bolsa, volvia la presión en el ano, esta era tan intensa que pareciera que no lo podría soportar, por eso pedí un poco mas de epidural, pero mi ginecólogo confió en mí y me dió confianza, me dijo: aguanta un poco más ya queda muy poco. Ahora me alegro de haber aguantado sin mas dosis de epidural y que mi ginecologo me supiera guiar, pues con una cesárea previa y casi ya en el expulsivo, esto habría retrasado o dificultado este proceso.

A la media hora llegó mi gine y me preparó para el nacimiento de Carmen!!!! Supo guiarme muy bien durante el proceso y ahora sí puedo decir que el expulsivo fueron cuatro empujones!!!!!!. En esos 15-20 min que duró esta etapa, tienes momentos en los que crees que no eres capaz, pero sacas fuerzas de donde sea necesario para acortar este proceso y ayudar a tu bebé a nacer. Sabes que o empujas con todas tus fuerzas, o sino va a ser peor (forceps, chupon o cesarea); y os digo que en ese momento crees no poder, pero eres más fuerte que nunca!!. Además todos te dan ánimos en ese último momento….cosa que ayuda muchísimo.También me ayudaron mucho los ánimos y palabras de mi gine...tengo que decir que se portó muy bien.

Fué una experiencia inolvidable que volvería a repetir, unas sensaciones, olores y mezcla de emociones preciosas que jamás olvidaré!!!; esta vez sí puedo decir que tuve el parto y nacimiento soñado...GRACIAS A TODAS por haberos conocido!!! Me ayudasteis mucho a conseguirlo.