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El nacimiento de Abril

Abril nació el 2 de abril en el Hospital Universitario de Canarias, en La Laguna. Abril es mi segunda hija, la primera se llama Violeta y también nació en este hospital, en 2007, en un parto horroroso que nada tiene que ver con este y que también publiqué y podéis leer aquí.

Rompí aguas a las 3 y media de la madrugada, mientras dormía, y no tenía contracciones. Avisé a mi pareja y me relajé, no quería ir al hospital antes de tiempo. Las contracciones empezaron sobre las 5 de la madrugada y las empecé a controlar con una aplicación muy útil que me había bajado en el teléfono, eran cada tres minutos y cada vez más fuertes. Me duché, preparamos las cosas y nos fuimos para el hospital, sobre todo porque vi un poco de sangre en el agua y no sabía si era normal, luego me dijeron que si lo era. Si me llego a esperar, Abril hubiera nacido en casa, me habría encantado……

Ingresé en el hospital sobre las siete de la mañana y me atendió un matrón al que le comenté que tenía presentado un plan de parto y que quería seguirlo, llevaba una copia conmigo por si acaso, en ella se veía el sello de entrada de haber presentado el plan. No puso objeciones pero tampoco le vi encantado de tener a una mujer con las ideas claras.

La entrada con el matrón fue como siempre, quiso hacerme un tacto para asegurarse que estaba de parto, no le valía con que yo le contara que el agua salía a chorros. Yo tenía miedo de que se parasen las contracciones pero accedí y confirmó lo evidente, que había roto aguas, que estaba de parto, que estaba de 3 centímetros y que tenía el 80% del cuello borrado.

Salí de la consulta a la sala de dilatación y me monitorizaron externamente. Insistí en que no me pusieran la vía y lo conseguí, llegamos al acuerdo de un aplazamiento.

En la sala de dilatación, solo había una pareja dilatando. A mi compañero lo dejaron fuera, primero esperando por si yo no estaba de parto y cuando pedí que le avisaran me dijeron que había que esperar a que se secara el suelo que habían fregado porque podía caerse. Os aconsejo que no transijáis con estas cosas, que os empeñéis en estar acompañadas en todo momento, nos es muy necesario y tenemos derecho a ello.

Cuando por fin conseguí que entrara, serían las ocho de la mañana, y yo ya estaba con contracciones muy fuertes, no podía estar de pie sola y entonces le mandaron a por etiquetas a la otra punta del hospital. Yo flipé porque no entendía que eso fuera más importante que el nacimiento de nuestra hija, no protestamos, no estaba yo para esos menesteres, él fue y volvió lo más rápido que pudo.

Se estaba haciendo el cambio de turno y el matrón estaba desayunando en una habitación cercana, no se portó mal conmigo y vino las veces que lo llamé pero habría agradecido tanto que no me dejara sola…

Cuando por fin mi compañero volvió yo ya estaba con unos dolores muy fuertes, pidiendo algo para el dolor, aquello no lo iba a poder aguantar mucho tiempo, lo que yo no sabía es que ya estaba de parto. No me pusieron nada, había que esperar a las nueve, por el cambio de turno, mucho mejor.

Pasó una chica y me vio como estaba, creo que era una auxiliar, y me dijo que me veía mal, que mejor pasábamos a paritorio, eran las nueve menos cuarto de la mañana. Me tumbaron, me dijeron que me tenían que monitorizar internamente porque salía algo mal en el registro y me exploraron para ver cómo iba. Ya estaba de parto, con casi diez centímetros y muchas ganas de empujar.

Me dijeron que tenía que sacar a la niña rápido, que sus pulsaciones bajaban con cada contracción mía pero que todo iba bien. Empujé todo lo fuerte que pude y Abril nació a las nueve en punto de la mañana, sin epidural, sin oxitocina, sin nada artificial, con sus ganas de nacer y las mías de ayudarla.

En cuanto asomó la cabeza tiraron de ella, tenía una vuelta de cordón que solucionaron sobre la marcha. Yo no me enteré de que llegó un montón de gente por si había problemas, tampoco de que extendieron material por si hacía falta, llegaron y se fueron en silencio.

Dejaron el cordón un rato, como habíamos pedido, y lo cortó su padre. No pudimos donarlo porque no había Kits, alucinante y sin comentarios porque me extendería en temas que no tienen que ver con este.

La niña estuvo con nosotros desde que nació, encima de mí. Como habían tirado de ella al nacer, me había desgarrado bastante y recuerdo que se me hizo muy largo el tiempo que tardaron en coserme aunque tampoco me importaba porque Abril estaba conmigo y estaba bien, las dos estábamos muy bien y muy contentas. La placenta salió como a la media hora de nacer, ya estaba todo terminado. Recuerdo que nos pusieron mantas calientes encima y que esto fue muy, muy agradable.

Del paritorio nos llevaron a una sala de reanimación donde nos trajeron algo de desayuno y nos dejaron solos. Lo recuerdo entre brumas, estaba muy cansada y me dormía algunos momentos y me despertaba y estaba muy contenta, muy muy feliz, con un subidón increíble porque todo había pasado y estábamos bien y no se había hecho nada que yo no hubiera controlado.

De esta sala nos llevaron a la habitación. Al salir del ascensor, una celadora se empeñó en llevarse a Abril al nido, me negué y conseguí que no se la llevara porque le dije que tenía un plan de parto y nacimiento presentado en el que se especificaba que no quería que la niña se separara de mí en ningún momento y que no lo íbamos a consentir, que si era completamente necesario el padre iría con ella. Nos miró mal y dijo que si teníamos plan de parto ya era otra cosa. No entiendo que tu plan no lo puedas expresar en cualquier momento pero la realidad es esta.

Pedí salir del hospital al día siguiente y me dijeron que no había problema, si lo hubiera habido habría pedido el alta voluntaria. Durante el día en el que estuvimos en el hospital todo fue muy correcto pero gracias al plan de nacimiento. Nadie vino a llevarse a nuestra hija, no se empeñaron en bañarla cuando les dijimos que no queríamos, ni en biberones, ni en nada, creo que nos tenían por unos raros y decidieron ignorarnos. De hecho, los pediatras vinieron a verla a la habitación, nos consultaron absolutamente todo y nos dijeron sorprendidos que éramos muy razonables. Es increíble que el querer conocer y decidir sobre lo que le hacen a tu hijo sea motivo de sorpresa y, para ellos, de irracionalidad.

Aconsejo totalmente la presentación de un plan de parto y nacimiento. El nacimiento de Abril me ha dejado una gran felicidad pero sé que las cosas no han cambiado, no fue como el de su hermana porque fue un parto rápido y sin complicaciones y porque había presentado un plan de parto.

En el Hospital Universitario de Canarias sigues dependiendo del equipo, del personal que te toque, es una lotería. Hay muy buena gente pero también hay otros que no lo son tanto, que no te respetan y que no te dejan disfrutar y decidir en ese momento único que es el nacimiento de nuestro hijo. Por eso hay que elaborar un plan de parto y por eso hay que exigir que se nos respete a nosotras y a nuestras decisiones.

Un beso muy grande a todos;

Diana, Nacho, Violeta y Abril