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El embarazo de Irune

La gente suele decir que la maternidad cambió sus vidas. En mi caso, no fue exactamente así, necesité tener un segundo hijo para saber a qué se referían.


Mi primer hijo estuvo todo el embarazo de nalgas. Fue un embarazo muy deseado, pero de algún modo lo viví desconectada de mi cuerpo. Muy cansada, no podía seguir el ritmo de vida que solía llevar, y eso me descolocaba. Aún así, sentía pequeñas intuiciones que me decían cómo debían ser las cosas, pero apenas las oía, sin batallar demasiado. No quería episiotomía, pero no me informé demasiado, iba por mutua pensando ingenuamente que así me atenderían mejor, pero no tenía miedo del parto. Al final, pese a mi deseo de probar un parto vaginal, mi hijo mayor nació por cesárea (ahora creo que el ginecólogo con el que nos visitábamos, un poco paternalista, nunca tuvo esa intención).


El tiempo lo cura todo, y a veces, como en mi caso, te hace abrir los ojos. Nunca elaboré nada, ni hice un proceso mental de lo sucedido, pero cuando mi bebé tenía 13 meses me quedé embarazada. También era un bebé muy deseado, y esta vez, fui capaz de escuchar a mi cuerpo, de seguir las intuiciones que gritaban por todo mi ser. Estaba tremendamente conectada al bebé que crecía en mi interior, y a medida que pasaban los meses también me conectaba más y más con mi hijo mayor. Tenía claro que no tenía por qué tener otra cesárea (por pura lógica), y de ahí pasé a querer un parto natural (mejor dicho, un parto normal), y sin saber cómo, la semilla del parto en casa se instaló en mi cerebro (¿o fue en mi alma?).


Tras vencer los primeros miedos, y gracias al inagotable apoyo de mi compañero, conocimos al equipo de comadronas que nos apoyó en nuestro intento de PVDC y nos dio fuerza para creer en mi cuerpo y en mi bebé.


¡Qué embarazo tan distinto! ¡Qué conectada estaba! No sólo con el bebé y mi hijo mayor, con mis propias necesidades. Recuerdo ese embarazo y el parto como algo maravilloso. Tan poderoso, tan mamífero, y tan tremendamente sanador y transformador. Realmente puedo decir que a partir de ese momento soy otra.


Ahora estoy embarazada por tercera vez, emocionada y feliz, consciente y con ganas de dedicarme en cuerpo y alma a este embarazo y mis dos hijos.

Irune