Por Paula Pino
A menudo, hablamos de lo solas que nos sentimos algunas mujeres durante el puerperio –esa sensación de “recibo muchos consejos, pero ¿dónde están la comprensión y la ayuda real?”- pero, si indagamos un poco, no es infrecuente escuchar a otras tantas de nosotras hablar amargamente de la soledad durante el embarazo. A pesar de los frecuentes controles médicos, de las visitas a la matrona y de la propensión de quienes nos rodean a contarnos historias de parto –frecuentemente aderezadas con algún elemento de terror-, no son pocas las mujeres que pueden hablarnos de soledad, tristeza y de la impresión de no ser escuchadas ni apoyadas.
Paula es una de esas mujeres. Hizo llegar su testimonio a Apoyo Cesáreas y con su permiso lo reproducimos para todos nuestros lectores.