41+1
El sábado se llevaron a mis niños de vuelta a Valladolid. Mateo me ha dicho un millón de veces que me quiere y que me va a echar de menos.
-"No nos podemos ir, que no ha nacido la hermanita. Sal Clara, que te estamos esperando".
En el momento que arranca el coche me mira y odio con todo mi corazón al sistema, al dr. M, al jefe de servicio y a mi misma por no ser una chica buena y aceptar de buen grado otra cesárea. Por primera vez me pregunto que derecho tengo yo, a mover a toda mi familia, por un capricho.