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Violencia obstétrica

Me gustaría contar como fue mi experiencia durante el parto de mi segundo hijo.

Al no ser primeriza, aguanté las contracciones en casa todo lo que pude. Cuando llegué a urgencias ya estaba dilata de 2 cm y en menos de media hora, había roto la bolsa y me bajaron a monitores para comenzar con el periplo de exploraciones incesantes.

Meses antes, presenté mi Plan de parto, donde indicaba entre otras cosas y siempre que las circunstancias lo permitieran, no recibir ninguna medicación durante el trabajo del parto, ya que en el primer parto y debido a mis problemas de espalda, la anestesia que me pusieron no sirvió de nada.

Durante el embarazo me preparé en Yoga para embarazadas, para reconocer cada momento del parto con tranquilidad y con recursos para paliar el dolor, en la medida de lo posible.

Tumbada en la camilla, con los monitores puestos, sentía que los dolores eran muy intensos y demasiados seguidos como para estar aun de 2 cm, tal y como me decía la matrona encargada de Monitorizar. Después de media hora, la llamé y le insistí en que mis dolores eran muy fuertes y tenía muchísimas ganas de empujar, le pedía por favor, que me quitara los monitores, ya que mi cuerpo me pedía levantarme y empujar, sentía que había llegado el momento. Ella insistía una y otra vez en decirme: "la matrona soy yo y yo digo cuando te quito los monitores, tu no estas de parto, ¡si ni siquiera estás de 3 cm! Anda, tranquilízate que nos estas poniendo nerviosos a todos"

En mi caso, tuve la gran suerte de que en ese momento llegó una familiar enfermera que trabajaba en el mismo hospital y al verme, sabía que algo no iba bien. Yo le pedí que me ayudara, que iba a parir YA, ella, que no quería saltarse las decisiones de una compañera, me pidió que aguantara, que iba a hablar con la matrona. Mi familiar, al decirle que creía que yo estaba de parto y que por favor volviera a explorar, la matrona se acercó a mí y de muy malas maneras metió sus bruscos dedos en mi vagina originándome un dolor insoportable, mucho más fuerte y desagradable que los dolores de dilatación. Al terminar volvió a decir con malos modos y subiendo la voz: " He dicho que esta señora no está ni de 3 cm y ahora mismo la mando para su habitación"

En ese momento tanto mi familiar como yo empezamos a preocuparnos porque si nos mandaba para la habitación, sentíamos que posiblemente me pondría de parto en el ascensor.

Mantuve la calma y me quité los monitores, me levante y me apoyé en la cama porque los dolores y las ganas de empujar eran tan fueres que ya no podía aguantar más. En ese momento le pedí a mi cuñada, (que como he dicho es enfermera), que se pusiera detrás, porque iba a dar a luz a mi hija. Ella se puso muy nerviosa y me pedía que no empujara, pero ya era tarde, mi hija quería nacer.

Mientras yo empujaba, de pié, apoyada en la cama en la sala de monitores, mi familiar volvió a buscar a la matrona para decirle que estaba de parto y que si no me llevaban al paritorio en ese mismo instante ella misma iba a llamar a la persona responsable de partos para que buscarán una solución. La mencionada matrona, al ver que su compañera (familiar mío) se reveló contra sus decisiones, empezó a gritar diciendo: " ¡Ya te he dicho que no estas de parto! ¿Pero tú quieres ir a paritorios?, pues vas a ir, pero que sepas que te van a mandar de vuelta y ya veremos...(con un tono bastante amenazante). Me insistió en que debía ir sentada en una silla de ruedas, a lo que yo me negaba porque sentía que la cabeza de mi bebé estaba saliendo y era imposible que pudiera ir sentada. Fui andando agarrada a mi cuñada, con muchísima dificultad y sin nadie que me ayudara ni me explicara por qué, una mujer que estaba a punto de parir, era tratada de una manera de ruin y despreciable.

Al llegar a paritorio, doblada de dolor, aún podía escuchar detrás mio, los gritos de protesta de la matrona diciendo: " ¡Esta señora está aquí porque no para de insistir en que esta de parto, cuando no está ni de tres cm., a ver lo que hacéis con ella...!

En ese momento mi calma y mis ganas de concentrarme únicamente en mi bebé y mi parto, consiguió que no me viera afectada por sus palabras. A los pocos minutos llegó otra matrona que sería la encargada de guiar mi parto, M. A. se llamaba y fue un Ángel para mi. Al verme, con voz calmada y suave me pregunto: ¿Te encuentras con fuerzas para subir a la camilla? Le dije que sí, que lo intentaría. Al explorarme, me miro a los ojos y me dijo: tu bebé viene ya y tiene prisa, jajajaja. Con una sonrisa protectora y llena de ilusión, me volvió a preguntar: Dime, ¿cómo quieres parir? Le contesté que lo más vertical posible. Ella, me agarró de los brazos, tiró de mi hacia delante hasta llegar a apoyar los pies en el suelo y en ese momento, dejé de estar preocupada y empecé a disfrutar de lo que fue un parto maravilloso a partir de ahí.

Es totalmente injusto que este trato inhumano se siga dando en hospitales y con madres que van a dar a luz.

Como había hecho previamente Plan de parto, a los dos meses aproximadamente, me llamaron para hacer una escueta sobre el respeto y cuidados en base a Plan de Parto. Yo estaba alucinando, porque sobre papel todo es maravilloso, pero la realidad que yo viví, podía haber sido una pesadilla mucho peor. Así que a la persona que me llamo le conté todo lo sucedido, aunque francamente, no creo que hicieran nada con toda esa información.

Ojalá este trato que recibimos pueda cambiar algún día.