MI madre tiene cuatro tajos, de cuatro hijos. CUATRO. Nunca se ha cuestionado ninguno tampoco. Ella cree que es 'algo que hay que hacer'. La última fue de traca. Un parto ligerito (la cuarta, a ver), y la rajan y acaban sacando a mi hermana con ventosa. Una niña normal, de un peso normal, en un parto super bueno. PERO: a las 6:00 de la mañana (vaya horas pa nacer, pensaría alguno), en agosto (vaya mes pa nacer, pensarían otros) y en un mini hospital privado de lo mas cutre de Castilla León. El tono de la señora Rozalén no me gusta un pelo. Lo siento. Estas personas no acaban de entender que los pacientes ya no son los analfabetos de los pueblos que éramos antes, sino personas de formación académica a su altura (la de los sanitarios), y conscientes por supuesto de nuestros derechos. Sabemos lo que es un paper del pubmed, y sabemos leer en él. Y si, informadamente, queremos correr el riesgo de rajarnos nosotras mismas de lado a lado es nuestro problema. Menos jugar a Dios. Que como dice el chiste, la diferencia entre Dios y los obstetras es que Dios no se cree obstetra. Y con respecto a las causas de esta situación, estoy muy de acuerdo con Adri.