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Prueba con resumen

Cuando ya estaba de 10-15 semanas, comencé a “reaccionar”; algo hizo “clic” en mi cabeza. No iba a permitir no vivir un parto, ni volver a pasar por una cesárea; quería estar presente, traer a mi hijo al mundo con la dignidad que merecía… En Semana Santa me fui con mi marido, hijo y embarazo a Marruecos. otra vez y al poco de volver a Madrid di con la web de El Parto es Nuestro. Gracias, gracias, gracias. El ginecólogo que me seguía el parto (Dr. Guadalfajara, Clínica S. Francisco de Asís, Madrid) repetía la palabra “cesárea” cada 5 minutos, como un mantra para convencerme… cada día con una excusa: que el niño era grande (basándose sólo en el volumen de mi tripa!); que se me rompería el útero si intentaba un parto vaginal… Cuando ya estaba de 10-15 semanas, comencé a “reaccionar”; algo hizo “clic” en mi cabeza. No iba a permitir no vivir un parto, ni volver a pasar por una cesárea; quería estar presente, traer a mi hijo al mundo con la dignidad que merecía… En Semana Santa me fui con mi marido, hijo y embarazo a Marruecos. En el hotel veía TVE internacional. El pistoletazo de salida fue un programa de línea 900 sobre atención al parto en España; y me decidí. Me llené de fuerza y valor, me propuse no dejarme hacer otra vez y al poco de volver a Madrid di con la web de El Parto es Nuestro. Gracias, gracias, gracias. El ginecólogo que me seguía el parto (Dr. Guadalfajara, Clínica S. Francisco de Asís, Madrid) repetía la palabra “cesárea” cada 5 minutos, como un mantra para convencerme… cada día con una excusa: que el niño era grande (basándose sólo en el volumen de mi tripa!); que se me rompería el útero si intentaba un parto vaginal…