Pedro (unverified)
12 Feb 2013
Otra vez yo. La verdad, no tengo mucho más que añadir a este último comentario porque refleja bastante bien lo que quería decir (nada más que mucho mejor expresado de lo que podría y he hecho yo, claro). No sé si mis palabras te servirán para algo, pero no has fracasado en absoluto. Reconozco la terrible influencia que esta cultura nuestra ha tenido sobre la mentalidad de las mamás, a las que siempre se las achaca de todos los males en la crianza de los niños: si dan el bibe, malo, si dan de mamar, malo, si portean, malo, si no lo hacen, malo... etc.etc.etc. Tú hiciste todo lo que pudiste y desde luego no fue algo que dependiera de ti, no hay excusas válidas, no las necesitas, lo intentaste y ya está, siempre pensando en el bien de tu hijo, y eso ya te hace una madre vencedora. Creo que todos los papas siempre tenemos la impresión de que hemos fallado en algo, que podríamos haber hecho algo mejor, y a veces nos machacamos injustamente por ello. Sobre lo que me trae por aquí... Pues la mera casualidad, la verdad. Todo empezó el día en el que conocí a una rubia feminista que me dijo "no te voy a pasar ni una" y me casé con ella. Y efectivamente, no me ha dejado pasar ni una. Tanto es así que ahora me complazco en decir que soy un hombre-feminista, y mirad que yo eso lo veía solo "para mujeres". "Tú eres tonto" me dijo la rubia, y en fin, que así llevamos 13 años, militando y apoyando distintas alternativas, hasta que por casualidad escuche hablar del parto respetado y la violancia obstetricia. "¿Qué es eso?" le pregunte a la rubia, que siempre ha sido más sabia que yo, y me dijo "lee". Y tanto leí que ayer logre ponerme al día con todas las entradas. En fin, que para variar todo se resumen a una mujer, que pelea por sus derechos y nos da un escarmiento a los hombres para que nos sumemos y dejemos de ser tan lerdos e inútiles. Luego solo es cuestión de plantearse: pero vamos a ver, si es que todo esto es lógico, cómo no voy a querer que mi mujer tenga un parto respetado, cómo no voy a querer vivir ese momento junto a ella, que mis propios hijos nazcan de esa forma... Fijaos que fácil, ¿eh? Si es que a veces, ya os lo digo, que somos un poco tontos.