fhmz (unverified)
31 Jul 2012
Ahora mismo estoy pasando por un posparto que sé que no superaré en mi vida, así que te entiendo perfectamente. En mi caso, mi primer hijo nació por cesárea por sufrimiento fetal, pero no llegué a pasar por contracciones, nada más llegar ya había roto la bolsa y el líquido estaba muy teñido, así que directamente a quirófano. Pasé mucho dolor después de la operación, pero me recuperé físicamente rápido, aunque psicológicamente no me encontraba bien. Lo que me ayudó fue pensar que algún día tendría otro hijo y que no nacería por cesárea. He tenido mi segundo hijo, hija en este caso, hace dos meses. Empecé con contracciones, y a las tres o cuatro horas rompí la bolsa, así que, aunque no había dilatado nada, me dejaron ingresada. Después de 20 horas de contracciones, sólo había dilatado dos centímetros, así que me pusieron oxitocina. Incluso con la oxitocina no tenía contracciones regulares, pedí la epidural porque después de tantas horas no podía más, y fue entonces cuando se complicó porque cada vez que tenía una contracción le bajaban las pulsaciones a mi hija, así que terminó en cesárea. Esta vez no tuve dolor físico, la lactancia empezó muy bien, al menos tenía ese consuelo, pero me salieron grietas enseguida, con sangre, y tuve que interrumpir la lactancia. Lo peor empezó la noche del día siguiente a la cesárea. Empecé a tener palpitaciones, me ahogaba, no podía estar quieta, no podía dormir, no podía tranquilizarme de ninguna manera. Pasó otro día así, y el día que me daban el alta estaba fatal, el médico me recetó trankimazín y le dije que me diera algo para cortar la leche, porque yo en aquel estado, aunque se me curasen las grietas, no podía dar de mamar. Así fue, me fui recuperando de la ansiedad posparto con medicación. Ahora no tomo nada, pero no lo he superado, espero que con el tiempo mejore. La pena es que nunca tendré un parto normal, no voy a tener más hijos, y de todas formas está claro que yo no dilato, así que, aunque tuviera otro me pasaría lo mismo, y no es cuestión de arriesgarse a una tercera cesárea.