Eva M. L. (unverified)
26 Jun 2017
Estaba buscando información, ya que estoy embarazada de mi segundo hijo, y no recordaba en que semana empecé a usar el epi-no y adnaba buscando eso, cuando me encuentro con este post que la verdad me ha enfadado. Los datos que favorecen tu opinión los destacas y los que no, los desechas, pues muy científico no es eso, habrá qu etenerlo todo en cuenta. Yo usé el epino con mi primer embarazo, y me sirvió muchísimo, y eso que parí con epidural, y notaba menos que las que hacen sin. A mí me sirvió para: - Saber exactamente con qué músculos tenía que empujar, solo haciendo ejercicios de kegel no lo hubiera visto tan claro. Era tan fácil como flexionar el brazo, sabía lo que hacía y en qué dirección. - Saber cómo iba mejorando mi fuerza cuantitativamente, ya que con el manometro que tiene el epino puedes ver cuánto de fuerza haces, y se iba viendo día a día cuanto mejoraba. De hecho de vez en cuando saco el epino para ver qué tal voy de fuerza, veo el manometro, y en general sigo manteniendo buen tono (hago kegels de vez en cuando de mantenimiento y tengo bola). - La sensación del expulsivo me era familiar, ya que había "parido" al epino muchas veces, reconocía a que altura andaba cada cosa. - La matrona que atendió mi parto, muy respetuosa, que bajó la iluminación de la sala, me facilitó pelota de pilates antes de la epidural, etc... me dijo que para ser primeriza se notaba la zona muy bien estirable, entonces le dije que había hecho epino y hasta qué centimetros había llegado, y así fue, cuando la cabeza de mi hija empezó a salir, me faltaba solo un centimetro más y me hizo un corte pequeñisimo que solo mereció 2 puntos. Así que si, episotomía, pero mucho más pequeña de lo que hubiera sido si no hubiese hecho epino. El trabajo que había hecho se vió recompensado. - Y en general, la seguridad con la que fui, junto a clases del parto, de respiración, pelota de pilates, ... estaba muy preparada y el epino fue otra clave para mi. En este segundo embarazo lo usaré sin duda otra vez.