Nuria Martínez Lozano
18 Feb 2014

Nada cambiará hasta que los trabajadores de las unidades se "crean" e interioricen que un padre no es una molestia.

Que se puede trabajar mucho mejor si hay un padres junto a la cama del niño enfermo. Que no hay mejor tranquilizante, ni mejor entretenimiento. Que no necesitarán medicación para mantenerlo atontado o dormido.

Pero la única forma de que ocurra esa transformación es que se reciclen y que tengan ganas de cambiar. Porque por mucho que una ley diga que nuestros hijos tienen derecho a estar acompañados, estamos viendo que a ellos les da lo mismo. 

Es todo un reto y nosotros los usuarios les lanzamos el guante. Ahora solo queda que ellos lo recojan.