Claudia Pariente Rossells
4 Dic 2013

Por no hablar de los muchos otros recursos existentes -farmacológicos y no farmacológicos- para aminorar las molestias o el dolor que se pueda sentir durante la dilatación y que solo se ofrecen en hospitales de vanguardia. 

Parece ser que las mujeres solo tienen dos opciones, epidural y no epidural, y no pueden elegir entre otras opciones eficientes y seguras, sencillamente porque no las conocen ni nadie les informa de su existencia. 

A quien compara la extracción de una muela con el parir, decirle que, efectivamente la "extracción de un hijo" duele mucho y la epidural se hace imprescindible. El proceso fisiológico de la caída de un diente de leche puede ser molesto e incluso soportablemente doloroso. Cuando el diente está listo para caer, cae sin mayor molestia... La recuperación es prácticamente inmediata. Que si hacemos palanca para extraerlo a destiempo y a la fuerza, sangrará y dolerá más que si hubiéramos dejado que siga su ritmo. A nadie se le ocurre (o en muy pocas ocasiones) pinchar anestesia en la encía del niño que está a punto de perder un diente de leche. Es un proceso fisiológico, normal. 

Las cosas cambian cuando se debe extraer una muela permanente. Se debe usar la fuerza y la destreza para causar el mínimo impacto posible. Se hace imprescindible la anestesia porque no es un proceso fisiológico ni normal que nos arranquen una muela... 

Esta analogía sirve muy bien para entender el parto. No es lo mismo que te arranquen el hijo usando instrumentos y fuerza, que el bebé haga su camino y tu cuerpo el suyo. Si se respetan los tiempos y se ofrece a la madre varias alternativas además de la epidural, muy probablemente no le haga falta usarla o la usará con total conciencia y en un momento en el que no se entorpecerá el nacimiento del bebé.