MCarmen (unverified)
15 Oct 2013
La elección personal a la hora de gestionar el parto está determinada por el entorno social. Y en nuestro entorno social el mensaje es de que parto es algo horrible y peligroso, de que nuestros cuerpos son inútiles para parir, y que necesitamos anestesias y médicos para corregir esa aberración de la naturaleza. Mi madre parió cinco hijos, el primero fue el típico parto medicalizado con enema, rasurado, rotura artificial de bolsa, infinitos tactos vaginales, oxitocina de rutina, inmovilidad tumbada en la cama enganchada al gotero, episiotomía de caballo porque sí... un horror. Pero mi madre sabía que ella, en su casa, estaba tranquila mientras dilataba. Que el dolor iba y venía y era soportable. Mi madre sabía que fue todo lo que le hicieron en el hospital lo que cambió su experiencia de parto. En el siguiente lo que hizo fue quedarse en su casa, llamar a sus hermanas e irse al hospital en el último momento. Ah, qué diferencia. El dolor era soportable en su casa porque nadie la manoseaba, ni le pinchaba drogas, ni le daba órdenes, ni la obligaba a tumbarse en la cama (la posición en la que más le dolían las contracciones). Le dio una patada a la matrona cuando intentaron hacerle la segunda episiotomía y se sentó en la camilla para parir casi en cuclillas. Y los otros 3 partos fueron igual: parto en libertad. El miedo al parto es una secuela del patriarcado. Nos mutilan emocionalmente y no sentimos nuestros úteros. Tenemos miedo, nos volvemos débiles y nos sometemos a los médicos "que son los que saben". Una mujer que pare a sus hijos en libertad y sin miedo es una mujer poderosa.