Candy Tejera
26 Jun 2013

mayday, a mi me cuesta imaginarme a una mujer bien informada, tomando decisiones del tipo: quiero parir tumbada, hagame usted todos los tactos que quiera, rompame la bolsa sin motivo, nada mas llegar. No digo que no pueda existir alguien asi, pero lo veo dificil. Si de verdad se diera el caso yo creo que sería por alguno de estos motivos:

1. Ha recibido información , pero no la ha interiorizado, no la ha hecho suya. Una cosa es oir, y otra escuchar. A veces pesa más la costumbre, la tradición, la cultura, que la lógica y la razón. Una mujer puede leer a cerca de lo malo que es estar tumbada para parir, y encontrar lógicos los argumentos que se dan al respecto, pero como lleva años y años, viendo partos horizontales en la tele, y todas sus amigas han dado a luz asi, en el fondo seguirá pensando: "si nos tumban, es porque ha de ser asi". Vencer eso cuesta mucho tiempo  y esfuerzo, por eso el cambio va lento, porque se trata de cambiar estructuras mentales, no solo de quienes atienden los partos y llevan haciendolo de una manera equivocada toda su vida profesional, si no de cambiar tb la mentalidad de las mujeres que han de recibir esa atención.

2. Por miedo, por falta de confianza. Cuando una mujer no se cree capaz de parir, por el motivo que sea: porque en su familia todo son cesáreas, porque durante el embarazo le dicen que ella es demasiado baja o el bebé demasiado grande, o porque simplemente se trata de alguien con poca autoestima y desconectada de su propio cuerpo, terminará dejando la responsabilidad del parto en otros. Se supone que ella estaría tomando las decisiones, pero en realidad solo estaría tomando una, que es no parir, y que otros hagan por ella el trabajo que ella no se considera capaz de hacer.

No se trata de que una postura sea correcta y la otra incorrecta, se trata de que la evidencia cientifica es clara: si medicalizas innecesariamente un parto, pones en peligro la vida de la madre y del bebé. Nadie bien informado, libre y seguro, pondría su vida y la de su bebé en peligro innecesariamente.