Claudia Pariente Rossells
26 Jun 2013

Si una mujer por propia voluntad y sabiendo que un parto intervenido sin necesidad pone en riesgo su vida y la de su bebé, quiere pasar por esas intervenciones por cualquier otra razón, está en su derecho de hacerlo. El profesional tiene la obligación de informarle de los pros y contras de cada situación y ella, el derecho de elegir. Existe una ley (la ley de autonomía del paciente) que le otorga la facultad legal de decidir el mejor tratamiento. PERO: el profesional está obligado a atender en buena praxis. Esto quiere decir que si viene alguien y le dice: por favor quiero un transplante de corazón -sin ninguna razón médica para ello- según en qué país, esto será posible o no. En España, dudo que pueda hacerse. Es una cuestión de ética y sentido común.

En la atención al parto existen muchas otras variables que pueden hacer que una madre decida -por ejemplo- someterse a una cesárea programada. El miedo, un abuso sexual previo y trauma, lesiones existentes, enfermedades... Es el sanitario el que debe valorar los riesgos-beneficios de la operación y la mujer decidir con esa información. Sin conocer el contexto y la historia previa de cada madre, sin actualización en atención al parto es imposible ofrecer una información correcta y por lo tanto, no hay posibilidad de elección

No es la madre la que tiene que hacer un máster de atención de partos, es el sanitario.