Daniela (unverified)
9 Jun 2013
Mi parto también se torció. Tenía 39.5 semanas y comencé con contracciones que nunca se hicieron regulares. Mi obstetra me mandó a que me viera la partera (quien me recibió bastante mal porque estaba muy cansada, eran casi las 7 de la tarde y llevaba allí 12 horas trabajando). Me hizo tacto y me rompió la bolsa. Me pusieron oxitocina, yo me moría de dolor porque las contracciones eran muy fuertes, insoportables. Gritaba de dolor y la partera me mandó callar porque me dijo que asustaba a las otras chicas. Nunca dilaté, y el bebé empezó con sufrimiento fetal por tratar de salir... Resultado, cesárea. Me robaron mi parto. Estoy segura de que mi hijo debería haber nacido en la madrugada, o en la mañana temprano del día siguiente, pero por apurarse, por irse rápido a casa y "despachar" lo más pronto posible, lo arrebataron todo. Sufrí mucho. A mi segundo hijo, por el miedo terrible que me provocó mi primera experiencia, "decidí" una cesárea programada. Nadie me quita la sensación de que a ninguno de ellos los pude parir. Hasta hoy me duele.