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Violencia obstétrica en el Hospital de Manises

Empezaré diciendo que mi primer parto fue mágico.

Con el segundo la vivencia fue muy diferente, pese a que día a luz en el mismo hospital, Manises. El 17 de febrero de 2020 fui a monitores. Allí me realizaron una maniobra para despegar las membranas, o algo así, ya que mi fecha prevista de parto era el 9. A la mañana siguiente a las 7 de la mañana tras una patada se rompió la bolsa. A las 8 y algo de la mañana entraba x la puerta de urgencias, pedí una silla de ruedas xq pese a llevar una compresa super noche me caía el líquido a chorros cuando andaba. La celadora que me asistió me increpó en varias ocasiones y me repetía que su trabajo no era llevar a embarazadas xq no estábamos enfermas. Le expuse mi condición y al llegar a la sala de ginecología, sin asientos libres, me tiró de la silla. Un chico me cedió su asiento. Ese trato era el preludio de lo que me iba a encontrar esa mañana. A las 9 de la mañana ya tenía una vía puesta y oxitocina corriendo por mis venas. Cómo no tenía contracciones (nadie me llevó a monitores), era el protocolo para ponerme de parto. Me pusieron la epidural tras una hora o más, porque yo quería evitar ese procedimiento, pero al final el dolor era muy intenso. Al ponerme la anestesia me mareé. Dilatada de 10 cm. Me propusieron empujar. Mi bebé estaba monitorizado y sus constantes empezaron a caer. Parece ser que llevaba una vuelta de cordón y no podía bajar cuando yo empujaba. Un chica se subió, literalmente a mi barriga, sentía que me iba a partir una costilla, repitió la maniobra en dos ocasiones más. Finalmente tras empujar y no conseguir nada, a las 3h de entrar por la puerta del hospital,tenía a mi hijo en los brazos tras una angustiosa cesárea. Lloré como nunca en el momento que sacaron al padre de mi hijo de allí y me dijeron que me iban a realizar una cesárea de urgencia. En la mano izquierda tenía la mano del anestesista y en la derecha la de la matrona(creo). Cuándo pude ver y abrazar a mi hijo disminuyó mi llanto. Para mi, fue una violación de mi intimidad y de mi plan de parto sin ningún tipo de justificación oral. Y qué decir del posparto.A las 3 semanas nos confinaron. Apañate como puedas. A día de hoy mi abdomen, mi vagina, mi recto y mi mente, sigue sin superarlo. Estoy planteándome volver a ser mamá, pero no sé si podré superar el estrés físico y mental que puede producir este proceso en mi de nuevo.