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Una historia sobre la maniobra de Kristeller, por Seila.

Testimonio 25 de la Campaña Stop Kristeller

Por Seila Gamo, España. Recibido el 10 de diciembre de 2012.

Os cuento una historia sobre la maniobra de Kristeller. Os voy a contar como nacieron mi marido y mi cuñado. Mi suegro siempre cuenta superorgulloso que llevó a su mujer donde su cuñado, que era ginecólogo y "muy bueno" y que le amenazó diciéndole "la traigo aquí para que no le pase nada", mejor le hubiese valido que hubiera parido por ahí ella sola en vez de someterse a semejante riesgo.

Los partos de mi suegra han sido parecidos, aunque uno de ellos provocado por una Hamilton que según mi suegra, su cuñado tenía que irse de vacaciones y la hizo un tacto y un nosequé que la removió toda y ese día se puso de parto.

En los dos partos cuando mi suegra llegó la sedaron con algo, como ella no sabe, creemos que fue pentatol o algo así, porque no recuerda nada más. Cuando despertó sus hijos estaban fuera muy bien limpitos y vestidos.

Yo la he preguntada alguna vez que como es posible que pujara para parir a sus hijos si estaba sedada por completo y ella me dijo, como algo normal, que la enfermera se le subió encima y la fue aplastando la barriga hasta que salieron sus hijos (vamos, lo que yo llamo sacar el ketchup del sobrecito). Para conseguir que todo el tinglado funcionara se llevó en ambos partos un gran episiotomía y una anemia de caballo de regalo debido a la carnicería..

Ella considera normal no poderse sentar durante el mes siguiente a un parto y tener una enorme anemia, nunca me ha contado si también en el pack se ha llevado el dolor de costillas. Como que estas inconveniencias la naturaleza nos las da de regalo por cada parto.