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Una historia de mala praxis

El 7/10/2015 sobre las 8:00 am entramos a la sala de parto respetado. Tanto la bañera como las correas inalámbricas estaban rotas, no pudiéndolas usar como habíamos pedido en nuestro protocolo (Programa Mare).

Después de varios intentos para inducir las contracciones (prostaglandinas y oxitocina) y, tras comprobar la comadrona que no dilataba nada, ésta, junto con la ginecóloga, nos propusieron recurrir a la cesárea. Nosotros accedimos inmediatamente. No se me preparó ni físicamente ni psicológicamente: nadie en ningún momento nos informó ni avisó que no podía beber agua o zumo antes de la cesárea.

Entrando con la camilla en quirófano, la anestesista me preguntó si había bebido algo, yo dije que agua y zumo. La anestesista entró en cólera salió para pedir explicaciones a la comadrona y esta me responsabilizó de haber bebido zumo. Se dirigió de nuevo a mí más enfadada, de forma muy violenta me culpabilizó de haber bebido zumo, se marchó y volvió a maltratarme verbalmente. En ese momento su ayudanta me dijo: “Si se te inundan los pulmones de zumo será culpa tuya, sólo será tu culpa”. Yo me puse a temblar, pedí perdón, me disculpé y lloré sin parar: me provocaron un estado emocional de culpa, miedo y nervios.

Acto seguido la anestesista me ayudó a incorporarme, me sujetó la cabeza mientras su ayudanta me inyectó la anestesia epidural.

El ginecólogo/obstetra, al abrirme con el bisturí, noté como yo sentí dolor y lo expresé, la anestesista no me hizo caso. La segunda vez que me cortaron volví a sentir dolor y lo manifesté más fuerte. La anestesista me preguntó si quería que me durmieran y asentí. Inhalé el aire que sale de la mascarilla con todas mis fuerzas y quedé dormida. No pude ver a mi hijo cuando lo sacaron de mi vientre, pedí a la ayudanta de anestesista su mano para consolarme y me la retiró. Fuera de quirófano no dejaron a mi pareja hacer “piel con piel” con su hijo.

Al despertar seguí temblando de miedo y frío en la sala de recuperación, pusieron mi hijo sobre mí y sentí su cuerpecito caliente sobre el mío helado y tembloroso todavía.

Demando:

  1. Que se haga saber a la comadrona, anestesista y su ayudanta las consecuencias de su falta de asunción de responsabilidad y autoridad médica. Que asuman de forma profesional la responsabilidad que volcaron hacía mí de forma violenta y degradante en su momento en el que yo no pude responder. Que se amoneste a comadrona, anestesista y ayudanta de anestesista por el trato violento injustificado que me dieron en momentos de gran vulnerabilidad.
  2. Una explicación médica del porqué no funcionó la anestesia epidural, una disculpa reparadora por el maltrato recibido.
  3. Una indemnización económica para poder pagar el tratamiento psicológico que estoy recibiendo por el shock post-traumático causado por la violencia ejercida en el quirófano antes de la operación, por parte de la anestesista y su ayudanta. Asunción de la mala práctica médica.