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Testimonio: La falta de humanidad en el sector medico

Luego de 8 semanas cargadas de nuevos y preciosos movimientos dentro de mi tripa, y anhelando profundamente poder ver a nuestro bebé por tercera vez, con mi marido nos acercábamos felices hasta el CAREM de Mijas para nuestra tercer y quizás última ecografía.

Nuestro bebé es puro movimiento y soñábamos hace semanas con este nuevo encuentro. Por las mañanas de esos últimos días le contábamos a nuestro bebé que prontito lo estaríamos viendo papá y mamá para poder seguir proyectando esta vez con nuestros ojos todo el amor que le tenemos. Habíamos tenido solo dos ecografías anteriores como lo dispone la Salud Pública en España y en cada una de ellas, habíamos podido disfrutar de descubrir primero a nuestro bebé y luego verle crecer... escuchar su corazón y saber que todo estaba bien. Lágrimas de alegría recorrieron nuestro rostro en aquellas dos hermosas oportunidades. Aunque en este lugar y no estoy segura si esto es una regla general no dejan ni fotografiar ni tomar videos, las dos doctoras que nos atendieron nos dieron entre 4 y 8 fotografías que habíamos compartido con la familia que tenemos cerca y con la que tenemos lejos de casa. Ese día, como les contaba, teníamos nuestra tercer ecografía. Sabíamos que nuestro bebé había crecido! Ya los movimientos se hacían mas intensos y sus pataditas en mis costillas daban fe de eso. Nos llamaron, entramos en la sala, y nos atendió la doctora. Antes que la asistente me subiera a la camilla me pesaron y yo aproveche para comentarles que estaba tomando antibióticos por una infección urinaria y que estaba muy dolorida en la parte derecha de mi hueso pélvico. La doctora me miró y me dijo que ella no me podía revisar... Le respondí que solo se lo mencionaba para que supiera y por si en la ecografía se veía algo que pudiera dar un poco más de certeza sobre el dolor que tenía... La doctora se acercó a mi, encendió el monitor y el ecógrafo y comenzó. La pantalla estaba totalmente girada para ella misma y yo casi no podía ver a mi bebé. Sin emitir palabra alguna comenzó con las mediciones y controles... y así continuó... Mi marido le pregunta... si estaba el bebé para abajo y si eso que veíamos era su cabecita ... A lo cual con pocas ganas y casi sin pronunciar sonido nos dio a entender que si. Yo estaba sosteniendo mi cabeza y haciendo fuerza abdominal levantaba un poco mi torso para poder ver la pantalla... aunque sea un poco de ella. A los minutos me dijo que me acueste que no podía trabajar así porque estaba tensando mi barriga. Le respondí que era la única manera de poder ver a mi bebé, y me respondió sin ningún tipo de sentimiento que ella tiene que verlo y hacer mediciones... Miré a mi marido, me intentó calmar con su mirada y me recosté pidiéndole antes que por favor antes de terminar me muestre a mi bebé. La ecografía no duró más de 15 minutos y antes de apagar la pantalla, la giró hacia mi y me dijo acá esta el bebé ... imprimió una foto para conformarme y apagó el monitor. Yo estaba atónita y al borde del llanto. Me levanté de la camilla, me abroché mi jeans, y me senté en la mesa de la consulta donde ya estaba mi marido. La doctora estaba haciendo el informe. Comenzó a hablarme sobre las próximas semanas y los controles que debo tener pero yo no podía controlar mi llanto... Comprendo sinceramente la tarea de los médicos en cuanto a los controles de embarazo. Es más los considero más que importante... quien más que nosotros como padres vamos a querer saber que todo va bien y sin problema alguno... ? Lo que no termina mi cabeza ni mi corazón de entender es la hostilidad, la frialdad y la falta de sensibilidad de algunas personas que trabajan en salud. El embarazo no es una enfermedad, pero tampoco lo logro entender este mismo comportamiento cuando se trata a alguien enfermo. Las evaluaciones que un médico tiene que hacer son de más importantes, los diagnósticos que tienen que dar a veces estas llenos de tecnicismos... pero me pregunto ... porqué eso quita toda humanidad en sus palabras, acciones y comportamientos? Seguramente esta medica que me atendió no sea madre y no sepa la ilusión, la espera y los miedos que muchas veces tenemos los padres al hacer nuestros controles de embarazo. Prefiero pensar así, que no lo es y no lo llega a comprender ... Con lágrimas en mis ojos pude decirle esto que escribo, ojalá logre que no le pase lo mismo a la mamá y al papá que entraron después de mi. Ojalá ellos y los que vienen atrás puedan disfrutar de esa tercer e importante ecografía y no deban marcharse angustiados y con una fotografía de mi bebé tomada solo para conformarme... como si se tratara no de una vida, no de nuestro bebé, sino como un simple caso de estudio médico.