847

TESTIMONIO CESÁREA en Zaragoza

TESTIMONIO CESÁREA

Rompí aguas en casa después de agacharme para arreglar una mosquitera, recuerdo que ese mismo día fuimos a las urgencias por la mañana porque tenía la tripa dura. Me mandaron a casa y a la tarde es cuando se rompió la bolsa y volvimos al hospital y entonces me ingresaron; recuerdo que me llevaron a planta, justo era el día que me habían calculado para dar a luz. Pude cenar y más tarde ya no pude dormir porque me entraron náuseas fuertes y de madrugada las contracciones.

A la mañana siguiente estaba cansada lógicamente y me pusieron las correas, cuando había dilatado unos 3-4 centímetros me mandaron a la sala de dilatación. Allí la enfermera me recomendó no ponerme la epidural porque retrasa la dilatación, yo me la puse porque no aguantaba más el dolor, me pegué horas dilatando, por las correas sólo podía estar tumbada hacia la izquierda, recuerdo incomodidad, en cierto momento hizo efecto la epidural y dormí. Fue un bolo de epidural y más tarde empecé a sentir dolor y la enfermera se negó a darme más dosis, lo cual no era lo planeado por el anestesista que había ordenado una bomba epidural no solamente una dosis. El caso que tras 24 horas intentando parir acabé gritando socorro a la enfermera del turno entrante.

Me acuerdo de la sala de partos, intentaron sacar al bebé con los pujos y la maniobra dichosa en la que se te tiran encima de la tripa, usaron fórceps y ventosa, en fin yo tampoco estaba preparada porque por la pandemia no había podido hacer curso de preparación al parto.

Ante la imposibilidad de sacarla pedí que me hicieran una cesárea, me tuvieron que hacer anestesia general lo cual supliqué que no hicieran, no hubo manera porque sentí todo el dolor cuando me cortaron para sacarme a la niña. Es la peor experiencia que he vivido en mi vida y aún sigo con las secuelas pues estoy en tratamiento con antidepresivos y sufro episodios de ansiedad pasajeros.

No estoy de acuerdo en la posición en la que se nos obliga a parir ni en el uso de las correas y me planteo tener a mi próximo bebé en casa con una matrona.

El cuerpo se cura rápido en comparación con la mente, aún tengo pesadillas cuando recuerdo la cesárea, el dolor, el viaje astral que produjo la anestesia, los puntos, la anemia severa tras la operación, los pensamientos raros, la tristeza.

Todas leemos acerca del embarazo pero quizás se nos olvida leer sobre salud mental, yo tuve en noviembre de 2019 un aborto espontáneo que siguió de un duelo profundo y casi sin quererlo me quedé embarazada un mes después. Mi hija es un tesoro pero gracias a mi familia y pareja que han estado allí, sino yo creo que la hubiera dado en adopción.

Belén